TASACIÓN Y VENTA DE PLATERÍA
1. Introducción
La plata es un metal blanco brillante con marcadas propiedades de reflexión y ha ocupado desde siempre un puesto relevante en la historia de las artes decorativas. Su nombre, que hace referencia a sus cualidades de específica y clara luminosidad1, tiene un antiguo origen, pero todavía es más antigua la historia de su uso.
Este noble metal, que en la naturaleza se encuentra siempre asociado con otros minerales o en aleaciones (con el oro y el mercurio, por ejemplo) está, en la escala de rareza y preciosidad, apenas un grado por debajo del oro. Es, entre todos, uno de los de aspecto más bello y uso más versátil (demasiado frágil como para ser usado puro, la plata está siempre asociada a determinados porcentajes de cobre), y de los más maleables en las distintas técnicas de elaboración (el fundido, la forja, la estampación o el cincelado).
Estos son algunos de los motivos que hacen que la plata sea, desde el comienzo de los tiempos, uno de los materiales de uso más frecuente en la realización de objetos ornamentales o culturales. Aunque algún hallazgo esporádico se adentra en la época del neolítico testimoniando, aunque sea débilmente, que la plata se conocía y usaba ya en la prehistoria, se puede asegurar que desde el segundo milenio A. de C. comienza su utilización de forma regular, con espíritu artístico, y en la producción de vajillas y manufacturas de oro y plata.
A este respecto es interesante constatar que desde el alba de los siglos y hasta el descubrimiento de América ( y la inmediata explotación de sus recursos, entre los que contaban inmensos yacimientos de plata, que favorecieron una enorme difusión de este metal precioso, haciendo disminuir, como consecuencia, su rareza) no existía una distinción real entre el oro y la plata - tanto por su uso como por su rareza -, y la palabra orfebrería indicaba indiferentemente el arte de trabajar los dos materiales preciosos. Hay testimonios de trabajos elaborados en plata que se datan en tres o cuatro milenios de antigüedad. Cuestión comprobada gracias a importantes hallazgos arqueológicos que han sacado a la luz antiguas tumbas o tesoros en Mesopotamia y en Capadocia, dos zonas del Asia Menor. También hay testimonios en la floreciente civilización minoico-cretense, hegemónica durante siglos en el Mediterráneo oriental. El mismo Homero2 describe en sus relatos refinadas vajillas en la Ilíada, cuando, entre las numerosas aventuras relatadas en torno a la guerra de Troya, habla de un gran cráter de plata para mezclar el vino ganado por Ulises como premio en una competición atlética. Todos estos preciosos objetos ornamentales -se trata, sobre todo, de copas, tazas y vasos- provenían de Anatolia, localidad que los historiadores señalan como la primera en la que las antiguas civilizaciones explotan los yacimientos de metales preciosos, y universalmente considerada el lugar en el que nace y se desarrolla el arte de la orfebrería. Tal arte se convierte, desde entonces, en una constante de algunas de las más refinadas civilizaciones asiáticas (persas e hindúes) y mediterráneas; fenicios, griegos, etruscos y romanos. Estos últimos -sobre todo en la época del imperio- alcanzaron gran riqueza y habilidad particular en todas las diversas técnicas de elaboración de la plata, realizando, además de todo género de vajillas para la mesa y otros múltiples tipos de objetos, como medallas, cofrecillos y presentes diplomáticos.
Durante el transcurso de los siglos se fue produciendo un continuo crecimiento en la calidad del trabajo de la plata y en la cantidad de piezas realizadas, de tal modo que el metal se convirtió en la medida de la riqueza y el poder de reyes y señores, de acaudalados patricios y famosos hombres de armas, que se manifestaba en la preciosidad y abundancia del ajuar doméstico y de los accesorios de mesa; además de, naturalmente, las joyas y adornos personales, presentes en sus residencias y frecuentemente convertidas en verdaderos tesoros.
La platería no dejó jamás de ser objeto de producción y de deseo desde los primeros estadios de nuestra cultura y durante las épocas de las invasiones de los bárbaros, el reinado carolingio y el espléndido período bizantino (épocas todas que, de una forma u otra, han dejado huella de su paso también en la historia de la orfebrería) hasta la Edad Media, período en el que los plateros europeos se convierten en protagonistas de importantes acontecimientos que, en cierto sentido, preparan ya el ingreso de la edad moderna que, a su vez, decretará el éxito definitivo de estos artesanos.
De hecho, con el paso del tiempo, a los objetos típicos ya usuales en las mesas de pocos y refinados señores, se le sumará (por una actitud reverencial hacia la Iglesia, convertida en oficial por el emperador Constantino), la imaginería religiosa: prototipos de una maravillosa e ininterrumpida serie de objetos litúrgicos - cruces, custodias, incensarios y relicarios- que no sólo eran, en algunos casos, auténticas obras de arte, frecuentemente enriquecidas por la adición de esmaltados policromos, oro y piedras preciosas, sino que han ayudado también a elevar el nivel de la técnica y de la fantasía de los orfebres.
2. Tipos de Plata
2.1. La Plata de Ley
El origen exacto del término plata de ley es algo confuso. Algunos creen que apareció porque Enrique II (de Inglaterra) introdujo plateros alemanes en su país para enseñar a los herreros locales su técnica para hacer plata duradera. A estos hombres se les conoce como Easterlings, por haber llegado del este, y sterling (de ley) se cree que es una deformación de la palabra Easterling. Otros creen que el término procede de steorra, estrella en inglés antiguo, algunas monedas normandas están marcadas con una estrella usada como una marca común al principio.
La plata en su estado puro es demasiado blanda para un uso práctico. A través de la experimentación, los orfebres alemanes desarrollaron un proceso que combinaba la plata pura con una cantidad muy pequeña de cobre. Se descubrió que la proporción ideal era 925 partes de plata pura y 75 partes de cobre. Esta mezcla ha estado un uso corriente en Gran Bretaña desde principios de la década de 1200 hasta la actualidad, casi sin interrupción, y se hace referencia a ella como plata de ley.
En Inglaterra, una legislación rigurosa respecto a la producción de plata de ley ha proporcionado durante cientos de años un medio de control por parte de la Corona a través de un cuerpo regulador o asociación conocida como la Honorable Asociación de Orfebres y Plateros. La razón de esta vigilancia estricta fue dictada por la necesidad de proteger la moneda, ya que el dinero hecho en plata maciza hasta 1921 era propenso a la alteración por parte de gente inescrupulosa. Esta asociación permanece hoy día en funcionamiento y disfruta de una posición similar al Internal Revenue Service3 norteamericano.
Se daba un severo castigo a aquellos que elegían burlar la ley. Está registrado que en 1373 un tal Thomas Lauleye fue puesto en la picota con sus objetos falsificados (en este caso tazas colgadas alrededor del cuello) y luego le lanzaron fruta y vegetales podridos.4 Los menos afortunados no sólo eran encarcelados sino que también les clavaban las orejas en la picota.
En 1757 se introdujo la pena de muerte para aquellos que se hallaban culpables de imitar contrastes (marcas). Esto se redujo al transporte a las colonias durante un período de 14 años en 1772. Muy pocas industrias presentan estos métodos extremos de control de calidad. Las normas reguladoras proporcionaron las bases para lo que se iba a convertir en la industria de platería más fina. Esta reputación estaba fundada no sólo en la calidad del metal usado sino también en el diseño.
Aunque se produjo mucha platería tanto para uso eclesiástico como doméstico antes de la década de 1700, muy poca sobrevive. Siguiendo a la disolución de los monasterios, el primer gran golpe a la producción de plata inglesa, el gasto de las guerras, incluso en tiempos recientes, ha significado que la plata se ha fundido y se ha transformado en moneda para pagar a las tropas. Cantidades considerables de plata antigua se perdieron de esta forma durante la Guerra Civil inglesa. Hacia nuestros tiempos, la Primera Guerra Mundial vio mucha mecanización empleada para crear piezas hermosas que se ahorró para el esfuerzo de la guerra. El costo de sustituir estas máquinas y herramientas perdidas, junto con los valores sociales cambiantes, significa que probablemente nunca se reproducirán nuevamente.
La restauración de la Monarquía en 1600 comenzó un período de estabilidad y crecimiento económico a medida que Gran Bretaña ampliaba su imperio. El cambio fue beneficioso especialmente para el comercio de plata siguiendo, como hizo, las privaciones de la Guerra Civil y la regla puritana de Oliver Cromwell. El nuevo monarca, Carlos II, fue un gran mecenas de las artes.
Otro empuje a la industria de la plata fue la destreza de los hugonotes,[1] entre quienes se encontraban algunos de los mejores plateros de todos los tiempos, famosos por su fineza y estilo. En Gran Bretaña, era frecuente el caso de que un platero tuviera gran facilidad para diseñar una pieza, pero carecía de la habilidad para ejecutar el diseño o viceversa. Muchos hugonotes plateros poseían ambos talentos, logrando el reconocimiento más elevado de la Asociación Inglesa y enseñando a muchos aprendices, quienes, a cambio, se convertían en plateros de gran reputación. La platería fue también una excepción a la tradición de las asociaciones de prohibir aristócratas y mujeres, esta falta de discriminación también ayudó a la causa del arte, como atestigua la obra de Hester Bateman y otros.
La revolución Industrial produjo una nueva generación de plateros. Estos hombres y mujeres, combinaron el arte antiguo de la platería con las nuevas máquinas y herramientas industriales. Los nuevos métodos unieron a los diseñadores más grandes del momento con los artesanos más diestros, haciendo cada hombre o mujer el trabajo que ellos mejor sabían hacer. Esta unión entre diseño y destreza culminó en una continuidad de calidad en la fabricación y arte, antiguamente una rareza. También fue esto el comienzo de la fabricación en serie, para bien o para mal.
La combinación de grandes plateros y diseñadores, calidad controlada, mayor valor y la clase media emergente, junto con nuevos estilos e inspiraciones extraídas del Imperio creciente, dieron a Gran Bretaña su preeminencia como productor líder del mundo de plata final.
2.2. Tipo Britannia
Es un tipo de plata con un contenido más elevado de plata que la de ley, que consiste de 958 partes de plata frente sobre mil. Es más blanda y por tanto menos duradera que la de ley, aunque es fácil de trabajar. El tipo Britannia se introdujo por ley y fue el tipo exigido entre 1697 y 1720. Su propósito era evitar el recorte ilegal de monedas, ya que se limaban los bordes con frecuencia con el fin de usarse para hacer artículos de plata y la moneda volvía a circular para comerciar con su valor nominal. A menudo las monedas se fundían completamente provocando escasez.
Britannia es aceptable todavía hoy como tipo de plata y sus marcas de identificación se usan como se detallará más adelante.
En América no se ejerció por parte de gobierno alguno control estatal sobre los artesanos, sobre niveles de pureza de metales preciosos o sobre sellos o marcas requeridos. Herreros de Nueva York, Boston, México o Buenos Aires constituyeron, en el mejor de los casos[2], sus propias asociaciones, estableciendo los estándares propios, para ellos mismos y sus colegas. Existe una excepción, el caso de la ciudad de Baltimore, la que tuvo durante cierto tiempo una oficina de aquilatamiento controlada por miembros electos, pero esto fue como se dijo una excepción que duró poco en la historia de la plata de Estados Unidos. Los nombres y monogramas de los fabricantes, y alguna vez el lugar de fabricación, o un número que establece la pureza del metal, eran las únicas marcas identificatorias que se emplearon. De éstas, el único medio confiable para identifica una pieza americana de plata es por medio de la marca del fabricante.
2.3. Plata Old Sheffield
Se presenta para el tasador un problema cuando se utilizan variados términos para describir artículos fabricados en cobre y luego cubiertos por el método de fusión con plata. Se conoce de forma correcta como Plata Old Sheffield o plata fundida. En Inglaterra, antes de 1740, plata era el nombre para todos los artículos de plata maciza que entraban en dos categorías, la eclesiástica y la doméstica. A partir de 1742 se introdujo el proceso de fusión y la producción se conoció como plata fundida para diferenciarla de la plata de ley. Estos objetos no estaban marcados y su nombre Old Sheffield deviene del hecho de que esta ciudad inglesa fue el centro de la nueva industria. La técnica se exportó al resto de Europa pero en ningún lado los objetos alcanzaron la calidad de los ingleses. Este procedimiento fue sustituido en 1850 por el plateado por electrólisis que se desarrollará más adelante. Es indispensable para el tasador poder reconocer las piezas de plata Old Sheffield de las macizas de plata de ley.
La invención del proceso de fusión se atribuye a Thomas Boulsover. De acuerdo con los especialistas en el tema como John Wilson o Seymour Wyler6, la notable invención fue producto de la casualidad. A Boulsover se le derramó plata fundida y salpicó una pieza de cobre y los dos metales se fundieron. Pasaron muchos años hasta que este proceso se perfeccionara y comenzaran a producirse artículos vendibles. Seymour Wyler7 describe el proceso de fabricación que consistía en cubrir un lingote de cobre con una lámina o más de plata de ley. Todas las superficies tenían que estar limpias. Una lámina de cobre, se envolvía luego alrededor del lingote cubierto de plata. Este se ataba con alambre de hierro y luego se aplicaba una pasta de bórax a la unión entre el lingote de cobre y la cubierta de plata para actuar como fundente. Sin el fundente dice Wyler, los dos metales se oxidarían y la fusión no se cumpliría. Luego se calentaba todo el bloque en un horno y se retiraba una vez que los metales comenzaban a fundirse. Al cortar los hierros y quitar la lámina exterior de cobre las láminas de plata se fundían al lingote de cobre donde se unían las dos superficies. Finalmente, el bloque se enfriaba y se pasaba por rodillos para reducirlo a forma de lámina. La lámina si se observaba de costado parecía un sándwich de metal, con dos capas finas de plata de ley separadas por el centro por un relleno de cobre más grueso. A partir de esta lámina fundida, los plateros podían producir las piezas.
Es claro que los sectores ricos que dominaban el mercado de la plata no aceptaban este tipo de plata a la que llamaban “plata de pobres”, pero también es claro que el mercado comenzaba a cambiar y que nuevos sectores debían incluirse en la demanda de objetos de uso diario. La clase media aumenta la demanda de piezas de plata de un valor menor al de la plata de ley, francamente imposible de solventar por este sector. El nuevo proceso bajó los costos por lo que se impuso por casi cien años. Todos los artículos de plata de ley se copiaban en modelos de plata fundida. Cayó en desuso únicamente cuando el precio de la plata de ley comenzó a bajar y cuando en 1840 se inventó la técnica de la electrólisis que bajó los costos de la producción de objetos de menor valor. De acuerdo con Rachael Feild8 los grandes fabricantes de plata fundida fueron Thomas Leader, Henry Tudor, Thomas Bradbury, Thomas Law y Samuel Roberts. No hay sellos ni marcas de contraste en la plata Old Sheffield debido a que no había obligación legal de marcar las piezas. Puede decirse que los orfebres y los plateros querían a toda costa evitar marcar las piezas de plata fundida. Como incluir símbolos y nombres de fabricantes no era obligatorio, solamente el 25% de dicha plata tiene alguna marca de fabricante. Incluso algunos pícaros marcaban las piezas con la intención de que se las confundiese con objetos de plata de ley. Por ello se determinó a través de la legislación la prohibición de imitar sellos de plata fina imponiendo enormes multas y prisión para quien lo hiciese.
Como los objetos de plata Old Sheffield no se marcaban el tasador deberá apelar a la observación y la experiencia para datar estas piezas. El estilo y los métodos de fabricación son los únicos medios con que se cuentan para identificar objetos y fecharlos.
John Wilson establece que para confirmar que una pieza es de plata Old Sheffield, deberá observarse la existencia de las siguientes técnicas de los fabricantes9:
Ø Metal base de cobre visible. Esta prueba identifica la plata Old Sheffield, pero no debe ser la única debido a que la plata por electrólisis desgastada se ve igual.
Ø Bordes enrollados. Como después del proceso de fabricación la lámina de metal dejaba ver los bordes de cobre era necesario al modelarlos cubrirlos completamente para hacer objetos atractivos. Primero se perforaban los dibujos en forma de cuentas en los bordes con el cobre al descubierto presionado hacia abajo. Esto se observa sobre todo en las tapas y bases de las piezas. Luego se cubrió el cobre agregando bordes de alambre de plata o alambres de plata fundida. Estas piezas presentan bordes finos de plata decorados con dibujos aplicados al borde para cubrir el cobre. Finalmente se biselaba el borde para dar un acabado liso. El borde enrollado es la mejor manera de identificar una pieza y se siente al tacto al raspar el borde inferior de la misma.
Ø Monturas y bordes con soldaduras color gris. Muchas monturas y bordes se rellenaban con una soldadura gris que daba mayor resistencia a los bordes aplicados de plata fina. El valor del objeto se afecta cuando se desgasta la plata y la soldadura se hace visible.
Ø Ensambles. Todo objeto producto de una lámina permite observar el ensamble de unión. Echar aliento sobre la pieza (como ser verá más adelante en el tema de las falsificaciones) deja ver cualquier ensamble por más oculto que esté.
Ø Aplicación de escudos por frotamiento o incrustación. Como la decoración de emblemas se hizo necesaria para acrecentar el mercado y estos no podían grabarse (hubiera dejado el cobre al descubierto) el procedimiento primero era soldar un escudo de plata fundida con una capa de plata más gruesa. Luego comenzaron a incrustarse, se cortaba un agujero en el objeto y se incrustaba el emblema soldándolo dentro de la pieza para alinearlo y que pareciese parte de la misma. Esta técnica se mejoró con el bruñido por medio del frotamiento de un disco de plata pura.
Ø Interiores estañados. A veces para abaratar aún más la fabricación de estos objetos se reemplazaba una lámina de plata por una de estaño. El sándwich tenía entonces una lámina de plata, una de cobre y una de estaño.
2.4. Plata por electrólisis
Hacia 1840 se difundió el proceso de platear mediante electrólisis, es decir cubrir una pieza de metal con una capa de plata pura, proceso que fue perfeccionado por Elkington & Co. en la ciudad de Birmingham. Este método no se ha modificado y consiste en colocar una solución de cianuro de potasio en el interior de un tanque revestido en cemento. Se pasa una corriente de bajo voltaje a través del líquido con el polo positivo tocando una lámina de plata y el polo negativo en contacto con el objeto a platear. La lámina de plata se convierte en un cátodo y sus partículas puras pasan a la pieza que una vez plateada se bruñe. El electrodorado se ejecuta de la misma manera. Se pueden usar varios metales base para la obtención del plateado por electrólisis. Se ha demostrado que el cobre o níquel, o una combinación de ambos, dan los mejores resultados. La introducción de este sistema llevó a la desaparición rápida de la producción de plata Old Sheffield. Este método abarató mucho los costos y evitaba los problemas descritos para la plata fundida, tal como el relleno de bordes con plomo, la cuestión de los bordes enrollados, la pieza podía grabarse primero y el hecho de que la cantidad necesaria de plata era ínfima. El producto final era mucho más duradero y resistente, con el inconveniente de que al ser la lámina de plata muy fina, se desgasta más rápido.
Estos objetos iban marcados con una serie de marcas de registro ya que se prohibía colocar sellos de contraste en ellos. Estas marcas de registro primero llevaban letras en secuencia y luego números de serie en diseños registrados.
3. Marcas o Sellos de Contraste (Autentificación)
En los objetos de plata de ley se pueden encontrar hasta cuatro tipos de marcas o sellos cuyo conocimiento se convierte en un elemento imprescindible para la tarea del tasador o vendedor de bienes de plata. Una vez que se ha entendido el sistema, es fácil decodificar las marcas. Resumiendo las marcas definen:
Ø Marca o Sello de garantía de calidad de la plata. La plata que es por lo menos 92.5% pura es conocida en Inglaterra como Sterling Silver y en nuestro país como Plata Fina. En Inglaterra se la comenzó a marcar a partir del 1300 con la cabeza de un leopardo. A partir de 1458 el leopardo estaba coronado y desde 1544 la marca cambió a un león rampante (caminando hacia la izquierda). Entre 1697 y 1720 se usó la marca de Britannia o un león (cabeza) de perfil.
Ø Marca o Sello del lugar o pueblo de origen de fabricación del objeto. Las marcas de origen aparecen a fines del siglo XV.
Ø Marca o Sello de la Fecha de Fabricación. La fecha se marcaba con una letra (que cambiaba cada año), en orden alfabético, incluidas en un sello.
Ø Marca o Sello del Fabricante. Desde el siglo XIV, los fabricantes acostumbraron a marcar sus piezas; en una primera época eran dibujos pero a partir del siglo XVII se usaron las iniciales de los fabricantes.
Las tablas de marcas o sellos son repetitivas. En las fotocopias adjuntas a este curso, correspondientes a esta unidad, se encontrará un compendio de las marcas o sellos más usuales. Se incluyen como ejemplo ya que una lista entera sería imposible de reproducir.
Primero se establece el símbolo para la plata de ley10, luego se encuentra la fecha, representada por letras, empleando una caligrafía diferente para cada ciclo del alfabeto.
Luego se debe buscar la marca de la ciudad pequeña o grande y cualquier marca del impuesto. La marca del impuesto, en el caso de la platería inglesa, una cabeza de monarca, se introdujo en 1784 y se mantuvo en uso constante hasta 1889, aunque ha reaparecido para algunas ocasiones especiales en tiempos recientes. La forma del escudo que rodea cada marca cambió en sentido práctico conjuntamente con cada ciclo del alfabeto y se hace fácil identificar con sólo un poco de práctica.
Cuando se examinan las piezas debe recordarse que sólo el cuerpo principal del objeto tendrá un grupo completo de sellos o marcas de contraste y que sólo la marca de plata de ley y, eventualmente, la marca del fabricante aparecerán en asas o picos desmontables. En caso de no aparecer marcas en dichas piezas serán conducente comprobar su autenticidad. Las cucharas y tenedores fabricados antes de 1700 están marcados en la parte inferior, esto ubica los sellos de contraste cerca del cuenco o dientes, en punta a lo largo del mango. Estas marcas parecen estiradas y puede resultar difícil leerlas. Una lupa de joyero de 8 o 10 aumentos, es el elemento adecuado para descifrar estas pequeñas marcas.
Como se estableció anteriormente, desde los tiempos más antiguos los artesanos descubrieron que la plata pura era demasiado blanda para ser trabajada. Debía pues ser mezclada con materiales más resistentes antes de transformarla en objetos. Alrededor del año 1200 se introdujo en Inglaterra un standard o medida y todos los objetos fabricados en plata debieron ser testeados y marcados para mostrar que contenían el 92.5 % de plata pura. (En Argentina se la denomina Plata 92511). La primera razón del contraste, fue y es todavía, garantizar la pureza de los artículos de plata u oro.
Su sistema de marcas sirve para proteger al público contra falsificaciones y, en el pasado, era necesario proteger la modificación de las monedas. Ya que la fabricación de artículos de oro y plata estaba unida a acuñar las monedas hechas de estos mismos metales preciosos, se estableció un sistema exhaustivo para examinar cada una de las piezas hechas de oro y plata. El procedimiento de examen o aquilatamiento se ha aplicado siempre no sólo al cuerpo principal de la pieza sino también a cualquier parte que se pueda separar del cuerpo principal al quitar un tornillo o empalme, como asas, tapas o florones. Una vez que se establece su autenticidad, se pone el sello o marca de contraste en estas partes así como en la pieza principal, pero a menudo sólo con la marca de plata de ley y, alguna vez, la marca del fabricante. Sin embargo las partes separadas, como la tapa de un plato principal, debería presentar el sello de contraste como el plato mismo.
El Hall referido en el término Hallmark (sello o marca de contraste) es el de la Sala de Orfebres de Londres, gobernada por la Honorable Asociación de Orfebres y Plateros. Ejerció un gran poder bajo la Cédula Real desde principios de la década de 1300 y continúa controlando la industria hoy. Examinar y marcar es la actividad de la oficina principal de aquilatamiento de la Sala, instituida a mediados de la década de 1400, y otras oficinas parecidas en ciudades británicas importantes que fueron creadas bajo los auspicios de la asociación según crecía la necesidad.
Como se destacó anteriormente los herreros y orfebres americanos no estuvieron obligados por ley a marcar sus artículos con algún detalle. Aunque muchos eligieron poner sus nombres o iniciales sobre sus trabajos, no se registraron fechas ni contenido de plata. Algunos fabricantes grababan su plata con pseudomarcas, tales como una estrella, una cabeza de águila o una imitación del león británico. Como norma, sólo el estilo unido a la marca del fabricante puede ser guía para establecer la fecha aproximada de piezas americanas.
El contenido de plata de las piezas de los siglos XVII y XVIII variaba enormemente. Si se hacía de monedas fundidas el contenido dependía del país de origen, pero si se hacía de plata en lingotes los artículos serían de tipo de ley. Desde mediados de la década de 1800 era práctica normal grabar artículos, en Estados Unidos, con una indicación de calidad como standard, “C” o coin (martillada a mano), quality o premium. Esto se puede encontrar en el reverso de cucharas o a lo largo del borde o pie de vajillas y cuberterías.
Este sistema de marcas ha sobrevivido a través del tiempo, casi sin modificaciones. Ya se ha subrayado el valor que presta el sistema de marcas para las tasaciones. Puede uno encontrarse con platería con marcas alteradas o falsas, o alguna pieza sin marcar, pero esto es difícil en este rubro de objetos. A diferencia de lo que ocurre con los muebles, porcelanas e incluso pinturas, las falsificaciones son escasas, debido a su alto costo de producción y al enorme control y seguridad que presenta el cumplimiento de marcar y sellar los objetos. Esta cuestión ha facilitado también notablemente el trabajo de tasación debido a que se ha simplificado la catalogación de la casi totalidad de la producción de piezas de plata desde los tiempos más antiguos. Sin embargo, siempre debe tenerse la precaución de analizar el estilo de una pieza para comprobar que coincida con las marcas correspondientes a las fechas. Las marcas aunque menos estrictas no se limitan sólo a Inglaterra sino que se han extendido por el continente Europeo y América. A pesar de las modas diferentes debemos afirmar que la platería siempre ha constituido un bien muy “coleccionable”.
Las marcas falsas son mucho menos definidas que las originales (se analizará con mayor profundidad en el punto sobre modificaciones y falsificaciones) y si son producto de re-moldear una pieza original pueden tener pequeños gránulos visibles. Si la marca es extraída de una pieza de menor valor e insertada en una más cara podemos detectarlo ya que la zona de soldado es reconocible y deja una marca muy fina. A través del tiempo la plata desarrolla un brillo suave o pátina causada por la acumulación de golpes, “arañazos” y “quebraduras”. Esta pátina es muy importante al momento de la tasación. No es conveniente que las piezas antiguas sean pulidas a máquina ya que esto puede destruir la pátina natural, cosa absolutamente indeseable. Hay que tener en cuenta el peso de las piezas. En general el peso es sinónimo de calidad (incrementa el valor).
4. Estilo y Decoración
En la platería el estilo siempre revela el gusto y la moda del período al que corresponde y generalmente esto puede ayudar a datar y autentificar los objetos. Es importante establecer que la decoración que puede ser aplicada sobre la superficie o el borde de una pieza, generalmente incrementa el valor de la misma. También debe aclararse que como el mercado de platería se constituye de acuerdo con las normativas inglesas, los estilos reconocidos se corresponden con las fechas de fabricación y los nombres que tienen en dicho mercado, y que remiten a la evolución del arte europeo.
Los cambios de estilo están dictados por muchos factores diferentes: la economía, las costumbres sociales, la moda y las influencias extranjeras. Como se estableció en el párrafo anterior también los estilos de plata estuvieron sometidos a los cambios por ejemplo de los diseños arquitectónicos.
Debe decirse también que sólo el estilo de la pieza no puede establecer fehacientemente la datación de la misma: se han de tener en cuenta otros factores, como el conocimiento de las marcas y sellos y de la producción de época ya que en general las piezas se hacían por encargo.
A continuación se resumirán las características principales de los estilos con su correspondiente decoración de las piezas de plata.
Entre 1700 y 1830 se presentan tres estilos fácilmente identificables. El primero, el estilo Reina Ana, se inicia hacia el 1700 y culmina en 1715. Se utilizaba la plata Britannia (mayor porcentaje de plata, más blanda) lo que obligó a los plateros a diseñar piezas de formas sencillas y lisas.
El trabajo de corte liso o perforado, estrías, contornos de hojas perforadas y en piezas grandes figuras de animales, conchas o máscaras, eran las formas de decoración empleadas. Ninguna recargada. Las proporciones, equilibrio y sencillez de tales piezas han asegurado su demanda. Eran austeras y sobrias. Los especialistas consideran que la habilidad de los plateros y la calidad de los artículos fueron mejores durante este período que en cualquier otro tiempo.
Aparecen nuevos objetos tales como soperas, salseras, vinagreras, teteras, cafeteras, jarras de crema, copas como premios de diversos eventos y cajas de rapé[3], piezas altamente coleccionables hoy día.
El estilo Rococó, de origen francés[4] se extenderá como estilo de platería hasta mediados de siglo XVIII. Fue la época en que los plateros hugonotes, expulsados de Francia, se refugiaron en Inglaterra y produjeron notables piezas de orfebrería. El estilo que se impone tiene influencias del Luis XIV francés. La decoración cincelada se hace más recargada que en el estilo anterior.
Motivos marinos, ramilletes de flores, cintas, conchas, cabezas de animales y figuras simbólicas eran algunas de las formas decorativas ya fuese cinceladas, como repujadas o aplicadas a los objetos de plata. La concha era la decoración más común y se difundió en los bordes de las bandejas y platos. El fabricante más famoso fue Paul de Lamiere, cuyo diseño impuso la moda. Aparecen gran cantidad de objetos para el uso doméstico, incluyendo dada la difusión de la infusión, las cajas para el té, los azucareros, jarros de leche y crema y teteras. La decoración rococó incluyó motivos góticos, rústicos y chinos.
Hacia 1750 el descubrimiento de las ruinas de Pompeya y Herculano[5] pusieron de moda los diseños y las formas clásicas. Los plateros comenzaron a copiar y adaptar en sus diseños estas formas antiguas. El arquitecto Robert Adam difundió el neoclasicismo que se impuso tanto en las artes mayores como en las menores (muebles y platería). El estilo Adam, que así se llama, presentaba perfiles ovoides y formas de jarrones griegos o romanos. La decoración seguía temas clásicos: guirnaldas de flores, hojas de laurel, cintas con nudos, cabezas de león o de carnero, figuras y máscaras. Prevalecían los vaciados con bordes de cuentas y el trabajo del enrejado en bandejas, cestos y platos. Los candelabros asemejaban columnas estriadas con capiteles. Aparecen las soperas tapadas (argyles), recipientes para té y platos con compartimientos para agua caliente. Hacia 1790 el estilo Adam entró en decadencia.
Hacia fines del siglo XVIII ni siquiera la platería inglesa pudo mantenerse al margen de la difusión del estilo imperio francés, el preferido de Napoleón. En Inglaterra este estilo se denomina Regencia. La ornamentación incluía flores de loto, bustos alados, liras, patas de león, guirnaldas, cabezas humanas, temas heroicos de formas sólidas y dorados pesados. El estilo inglés simplificó las formas francesas y las adaptó a la demanda local. Se destacaron plateros como Benjamín Smith, Digby Scott y Paul Storr.
Hacia 1840 triunfa en Inglaterra la producción en serie dada la difusión del plateado por electrólisis, por lo que desde 1830 hasta fines de siglo, los diseños no siguieron un estilo único, fueron de lo más variados y eclécticos.
Puede hablarse en estos tiempos de la era Victoriana de una mezcla de estilos. Vuelve en primera instancia el Rococó, combinado con el estilo Regencia. Las formas se hacen más pesadas y lo mismo las decoraciones repujadas a mano. Las formas naturalistas se imponen en picos, patas o asas aplicadas. Los recipientes asemejan en algún caso enormes ramos de flores o árboles. En contraposición con la industrialización aparece tanto en la platería como en el resto de las artes, un revival del gótico. Hacia 1870 vuelve el estilo clásico junto con el cincelado plano o grabado que se prefiere a los adornos repujados anteriores.
Alrededor de 1880 comienza una transformación en el diseño de la platería que no es ajeno a la transformación de las artes decorativas europeas. La firma protagonista en Inglaterra de este cambio de estilo es Liberty & Co., compañía que luego popularizará el Art Nouveau en Inglaterra. Sus creaciones eran elegantes, finas, simples y sencillas, inspiradas en el movimiento de William Morris Arts & Crafts o gremio de los artesanos. Motivos entrelazados, asas con curvas y el uso de esmalte y piedras semi-preciosas caracterizaron la producción. Los objetos se producían totalmente a mano y esto aumentó notablemente sus precios. Hoy día, tal como todos los objetos de esta época del arte europeo son altamente coleccionables.
La pasión por las líneas fluidas, entrelazada del Art Nouveau, arrasó en Europa desde 1880 y duró hasta la Primera Guerra Mundial. Se adoptó para todo tipo de diseños y la platería no permaneció al margen. Sin embargo hay que aclarar que no toda la producción correspondía al estilo Art Nouveau dado que los diseños no se adaptaban a la producción en serie, que ya era masiva en estos tiempos. La platería de producción en serie se contraponía a la de los artesanos del Art Nouveau (piezas únicas y por tal muy caras) ya que carecía de belleza estética y era poco creativa y se limitaba a copiar estilos más antiguos.
Entre 1920 y 1940 se desarrolló el estilo Art Decó. Su sencillo uso de cuadrados, círculos y triángulos se adaptó a la atmósfera de la posguerra y tuvo muy buena recepción entre el público que buscaba evitar los diseños recargados de la Inglaterra Victoriana. El estilo, al igual que el anterior, fue adoptado en todas las disciplinas decorativas. Los diseños en plata eran elegantes y con clase. Los objetos más populares eran las cigarreras, cocteleras y polveras, que se asociaban al glamour de posguerra.
Es importante establecer aquí que los diseñadores norteamericanos siguieron los estilos ingleses, mientras que los diseñadores mejicanos y argentinos siguieron los diseños españoles. Estos estilos europeos estaban sujetos sin embargo a influencias locales y a un lapso importante de tiempo entre los estilos europeos y la interpretación de los diseñadores americanos de dicho estilo.
5. Tasación de las piezas de plata
Siguiendo a Rachael Feild[6] podemos sostener que el estado de cualquier artículo de plata de ley, Old Sheffield o plateado mediante electrólisis, es de primordial importancia al tratar de establecer su valor tanto en términos financieros como de utilidad. La plata antigua de la más fina calidad se puede reducir a una mínima parte de su valor potencial si está dañada y apenas podrá tener utilidad desde un punto de vista práctico, mientras que la plata de alta calidad que se ha mantenido en buenas condiciones será valiosa siempre. El estado lo es todo. A continuación se desarrollarán ciertos contenidos que serán de utilidad para el tasador de piezas de plata ya que se referirán también a las modificaciones significativas que afectan tanto al estado como la calidad.
5.1. Condición o estado
Ya se ha establecido la importancia de las marcas y sellos de contraste para la autentificación de la pieza de plata. Lo que corresponde establecer es que si dichos sellos o marcas están desgastados en exceso, esto pondrá en duda el estado general de la pieza y contribuirá a la disminución del valor del artículo. Será importante para el tasador evaluar también las decoraciones que presenta la pieza ya sea grabada como cincelada, ya que su buena condición favorece el aspecto general del objeto. La evaluación del tasador deberá considerar si los sellos o marcas de las tapas, asas, etc. que acompañen el objeto en los artículos ingleses, hagan juego con la base. En los artículos americanos dado que la marca del fabricante generalmente se ubica únicamente en el cuerpo principal de la pieza esta evaluación no corresponde. Los objetos deben ser evaluados contra la luz para comprobar la existencia de pequeñas grietas o aberturas en el material. También debe evaluarse la condición de picos, asas y bordes.
Una técnica interesante que describe John Wilson[7] es la de presionar suavemente con el dedo pulgar o la palma de la mano los lados y centros de los artículos para determinar si un objeto es demasiado fino en general o está desgastado en partes. La finura se determina por la “elasticidad” al tacto. Si se está planteando una tasación hay que asegurarse de que las bandejas de plata son de un grosor razonable para soportar peso. Esto es especialmente importante, ya que la plata de ley no es flexible. Una vez que se curva, queda definitivamente curvada.
El tasador también debe estar atento a las llamadas “reparaciones de herrero”, llamadas así porque en el pasado en Inglaterra era el herrero del pueblo quien llevaba a cabo muchas de las reparaciones, debido a la lejanía de los plateros. Estas reparaciones, tanto si se trata de un pie o un asa rotos, o el refuerzo de un pico que goteaba, se pueden detectar con mucha facilidad. Deben mirarse los artículos por fuera y por dentro, comprobando parches grises desiguales alrededor de los picos, asas, ensambladuras, bisagras, pies y bases. Esta ausencia de homogeneidad y decoloración es soldadura de plomo e indica normalmente una “reparación de herrero”.
Sucede también que cuando los objetos se van haciendo más finos o se desgastan suelen remendarse algunas veces soldando otra pieza de plata por encima de la parte desgastada o por el interior. En la mayoría de los casos estas piezas se pueden ver con bastante facilidad examinando el interior de los objetos (o por debajo en las bandejas) el contorno de la pieza. Algunas veces se puede ver claramente una pieza que sobresale sobre la parte superior de la superficie. La decoración grabada añadida en una fecha posterior deforma casi siempre los sellos de contraste, afectando tanto a la calidad como al estado. Ese grabado puede causar también motas o cierto granulado al estirar el metal.
En el caso de los cubiertos el estado se puede establecer con bastante facilidad con unas cuantas pruebas sencillas. Una de las primeras prueba para hacer es si las piezas son utilizables o no y si soportarían el uso cotidiano. Las puntas de los tenedores deberían ser resistentes y rectas antes que demasiado finas y propensas a torcerse. Deberían ser largas y elegantemente proporcionadas en relación al tamaño total del tenedor, no de aspecto grueso y pequeño, y siempre hay que asegurarse de que no hay signos de un uso desigual. Los mangos de los tenedores deberían ser lo bastante gruesos para soportar la presión hacia abajo sin torcerse y las cucharas también tendrían mangos gruesos, así como los cuencos. Los cuencos de las cucharas no deberían mostrar un desgaste desigual ni tener bordes finos o afilados. Cuando se presiona o flexiona suavemente, deberían sentirse firmes y no ceder hasta el punto donde uno sienta que se van a torcer. Luego habrá que observar con cuidado la decoración para comprobar que no esté desgastada en partes, así como los sellos o marcas, que deben ser legibles. Es importante que los dientes y mangos no presenten líneas finas o grietas, dado que esto indicaría una reparación por una rotura.
Cuando las piezas de platería satisfagan todas estas pruebas el tasador puede establecer que se trata de un objeto en buenas condiciones.
5.2. Calidad
Tanto Feild como Wilson sostienen que definir la calidad de los objetos de plata se convierte en una valoración relativa. Tomando artículos de plata de ley hechos en 1770 y comparándolos con objetos similares fabricados cien años después podrían decirnos que las innovaciones técnicas mejoraron (acabado y forma en los últimos, pero los primeros se beneficiaron del hecho de que la mayoría de las etapas de su fabricación se realizaban a mano). Los plateros americanos no se “beneficiaron” de los avances técnicos británicos de la Revolución Industrial hasta varios años más tarde, principalmente a causa de la distancia. Por tanto, los artículos fabricados en las antiguas colonias tenían mucho del encanto de las piezas inglesas más antiguas. Hasta mediados y finales del siglo XIX las innovaciones técnicas británicas no se afianzaron en América. La ausencia resultante de uniformidad y las variaciones de términos de mérito técnico y estético hacen especialmente difícil valorar piezas americanas en comparación con sus dobles británicos.
Para el tasador de platería, las piezas anteriores a la Revolución Industrial están consideradas lo máximo de este arte. Esto es porque la edad y la rareza (escasez) hace a lo objetos deseables y, más importante, porque la platería se diseñaba por encargo y lo hacía de principio a fin una misma persona en un taller.
En el estudio posterior a la Revolución Industrial, el diseñador iniciaba la creación, luego la fabricaban varios artesanos especialistas usando variedad de técnicas, máquinas y herramientas. Por tanto, el producto resultante acabado se podía copiar repetidamente de una forma uniforme.
Si el tasador se concentra en la plata de ley desde 1700 hasta principios del siglo XX, la calidad de los adornos a mano, forma y peso se examinarán ahora y se verá que en piezas posteriores se han de tener en cuenta también otros factores.
En lo que se refiere al peso, si se pesan dos objetos de la misma clase y aproximadamente del mismo tamaño, sin duda el más pesado de los dos es el mejor, teniendo una mayor durabilidad. Si una pieza da sensación de endeble y ligera como si el golpe más ligero fuese a dañarla, o resulte inútil, probablemente sea de calidad inferior.
Entre 1700 y 1790 los objetos se fabricaron en calibres de metal más ligeros, ya que la plata de ley era un producto muy caro y con elevados impuestos. El estilo neoclásico que dominó este período se prestó de forma natural a un uso más económico del metal, un hecho que debería tenerse en cuenta cuando se evalúe la calidad. El grabado de talla dulce fue una forma muy popular de adorno durante el mismo período, ya que estaba perforado Al igual que las piezas más antiguas, en los objetos de servicio de mesa se hacían a mano los relieves, por tanto, aunque eran de un peso más ligero, todavía mostraban buena cantidad de trabajo a mano.
Los servicios de mesa prensados o torneados no aparecieron hasta mediados del siglo XIX, pero los dibujos grabados se estaban usando para fabricar candelabros de formas delgadas, huecas, rellenos para dar peso y resistencia. Los candelabros vaciados eran, y todavía son, el parámetro de la buena calidad, al mantenerse por sí mismos y no necesitar relleno. La única ventaja de usar el proceso de grabado era la enorme variedad de estilo y formas que se hacían posibles. Para estimar la calidad de los candelabros grabados, dice Wilson[8] que se debe evaluar el borde inferior, normalmente cubierto de fieltro. Si es muy fino, es señal de menor calidad; luego se procede quitando la boca (el lugar donde gotea la cera) del candelabro y flexionando el cilindro que está metido en la varilla. De nuevo, si es muy fino y se siente que puede torcerse, es señal de calidad inferior.
Antes de finales del siglo XVIII, los cubiertos se hacían a mano. No sobreviven muchos, pero hay algunos ejemplos notables de los primeros utensilios para comer. Tanto las cucharas como los tenedores eran sólidos mientras que los cuchillos no lo eran tanto. Sólo recientemente la tecnología para la fabricación de cuchillos ha sido perfeccionada y debe decirse que estas mejoras corresponden más a la industria del acero que a la de la platería. A partir del siglo XVIII aparecen las cucharitas de té (más chicas que las de café). Como el té era un producto caro también las tazas de té estaban hechas de la mitad del tamaño de las de café. Con el transcurrir de los años comenzaron a aparecer más objetos para completar el servicio básico, culminando en la época victoriana con magníficos pero pesados conjuntos que llevaban a contener hasta 14 piezas por juego individual de cubiertos. En lo que se refiere a la calidad por supuesto que los cubiertos hechos a mano son superiores en todos los aspectos a los hechos a máquina. La definición del dibujo, forma y peso siempre serán mejor en plata hecha a mano. Todavía se producen unas pocas piezas en Gran Bretaña y Estados Unidos.
La composición de los servicios de mesa afecta tanto a la calidad como al estado. Se suele pensar que el servicio normal inglés de objetos de mesa comprende doce de cada uno de los siguientes: cucharas soperas, cuchillos y tenedores de mesa; cuchillos, tenedores y cucharas de postre; cucharitas de té o café y utensilios para servir. Sin embargo, han existido servicios mucho más grandes. Se hicieron pocos tan grandes y suele ocurrir que se han ido dividiendo con el tiempo. Las cajas de cubiertos presentan la configuración de 36 cuchillos y tenedores de mesa, 18 ó 24 de postre y 18 cucharas. Cuando aparecen el doble generalmente son para carne y también pescado. Los únicos juegos que generalmente se encuentran completos son los victorianos que además agregaban utensilios para fruta, cucharas para huevos, etc. El tasador debe tener en cuenta que uno de estos servicios completos no constituye únicamente un adorno sino un activo que se revalorizará año tras año.
5.3. Modificaciones y Falsificaciones
Con el cambio de la moda y de los estilos apareció la práctica de modificar antiguos objetos para satisfacer la demanda. Por ejemplo objetos sencillos producidos entre 1700 y 1800, se volvieron a cincelar hacia fines del siglo XIX, agregando decoraciones que, sin embargo, en la mayoría de los casos deformaban las finas líneas de los originales. Las características propias de la plata de ley –su durabilidad- la promovieron para las modificaciones. Cada objeto de plata era pasible de ser modificado con repujados posteriores.
Sin embargo estas modificaciones no intentaban cambiar la función de los artículos. Las modificaciones maliciosas e ilegales también fueron comunes: por ejemplo convertir un elemento cualquiera en una jarra. Debe quedar claro que estas manipulaciones aún hoy día son ilegales si no son denunciadas en las oficinas correspondientes para adaptar los sellos de contraste con los nuevos sellos para las fechas. En Inglaterra el sistema sigue siendo tan rígido que este tipo de pieza es confiscado. En América no existían reglas para controlar la plata ni marcas oficiales, sólo algunas que imitaban a las inglesas, por lo que puede resultar complicado detectar este tipo de modificaciones.
Para que a un tasador se le facilite la identificación de las piezas afectadas debe necesariamente conocer los estilos frecuentes en períodos diferentes. Por ejemplo si se observa una salsera correspondiente al estilo neoclásico (1780-1790), estilo de líneas simples y livianas, con una profusa decoración de flores y follajes, es evidente que la pieza ha sido modificada.
Otro problema que se le puede presentar al tasador es la detección de piezas que han sido reconstruidas. Existen algunas señales indicativas que pueden tomarse en cuenta. Por ejemplo una pieza que originariamente hubiese tenido dos asas, en el caso de perder una, al ser demasiado cara la reparación, se podría intentar hacer pasar la pieza como una taza. Esta situación es común cuando el objeto ha perdido piezas difíciles de reemplazar. Deben buscarse parches de soldaduras que indiquen reparaciones rudimentarias, y no olvidar cotejar las marcas de los elementos unidos al cuerpo de la pieza con bisagras.
Era bastante común modificar los cubiertos de líneas simples para adaptarlos a otros, más refinados, cortándolos y cambiándoles las formas, esto permitía incrementar el valor entre un 30 y un 40%. Puede detectarse si la pieza ha sido cortada tomando el objeto entre el pulgar y el índice por los bordes y pasar los dedos por el extremo del cuenco de una cuchara, si este se siente muy afilado, esto podría indicar que ha sido cortado. En realidad las modificaciones de uso se hacen para convertir objetos poco usables en piezas ausentes de algún conjunto con mayor demanda. Si esto se declara no hay problemas, el tema es si las modificaciones no tienen respaldo por escrito. También es cierto que un tasador con experiencia no tendrá problemas en detectar estas modificaciones en la plata, a diferencia de otros objetos de distintos materiales. Lo que sí debe quedar claro es que los artículos grabados mucho tiempo después de la fecha de fabricación se considera que valen lo mismo que otros objetos de plata fabricados en el período en el que se añadió dicho grabado, mientras que los artículos reconstruidos probablemente no valen mucho más de la cuarta parte del valor del original. En el caso de que se hayan perdido partes o existan adiciones posteriores, el valor es probablemente de la mitad a los dos tercios del original.
Desde la visión del tasador podría establecerse que si el objeto en cuestión tiene destino de subasta, como norma general, no sería aconsejable manejar objetos que no estén en estado original, a menos que se refleje decididamente la calidad inferior en el precio. Nunca las piezas reparadas alcanzarán los valores de una en buenas condiciones. Siempre debe considerarse que los servicios de mesa tienden a perder piezas, en esos casos es usual que se completen con piezas del mismo fabricante y de la misma época, si es el caso, los juegos se valorizan bien, no sería así si los modelos añadidos varían demasiado de los originales.
Afortunadamente para los tasadores, el mercado internacional, se rige por las estrictas normas inglesas en el tratamiento de las piezas de platería. Las marcas garantizan entonces que sea mucho más difícil que en otros rubros de arte falsificar piezas. Las reproducciones de piezas antiguas se presentan generalmente como “copias fieles”. Cuando se reproduce una pieza y se le insertan marcas originales es cuando se habla de falsificaciones. La metodología consiste en tomar marcas de objetos antiguos baratos como cucharas, o de un objeto en muy mal estado y se transfieren a un objeto nuevo. Esta técnica se puede descubrir muy fácilmente porque aparece una línea alrededor de las marcas que se hace visible si se echa el aliento sobre la zona, esto puede parecer ridículo pero es la mejor forma de detectar este tipo de falsificación. En el caso de que la zona modificada sea más amplia debe observarse el interior de las piezas para detectar allí las marcas de soldadura. Las lupas pueden ayudar en estos casos. También es interesante aprender la ubicación de las marcas en los objetos antiguos ya que las diferentes categorías de las piezas solían seguir diferentes configuraciones de las marcas. Por ejemplo: las cafeteras y las teteras victorianas presentan los sellos dispuestos en una esquina de la base. Las marcas que se incrustan en una falsificación estarán dispuestas en línea recta. Es muy importante la consulta de las guías y catálogos de los sellos de contraste ya que la disposición original de las mismas está debidamente establecida en ellos.
5.4. Valores
La plata antigua tiene precios con unos parámetros más o menos fijos dentro del comercio. Éstos están basados en las variables que se han descrito anteriormente. Las variaciones más espectaculares hacia arriba o hacia abajo se dan cuando las piezas son muy poco corrientes o de una calidad considerada superior o definitivamente mala. En el mercado de la plata, si el producto es bueno, el resultado de la tasación será claro y de acuerdo con el mercado. No son bienes cuyo valor final en una subasta sorprenda con una variación notable con el estimado de la tasación, aunque como en todas las piezas de arte, el precio final, es a menudo una decisión subjetiva debido a que la cuestión de la demanda de un artículo de plata puede estar basada en valores emocionales, así como de inversión. Está claro que el hecho de que la plata como metal ya tenga un valor de mercado simplifica la tasación. Aunque los valores de las piezas fluctúen, se puede suponer que los valores se revalorizan aproximadamente en un 10% por año.
Para confirmar el valor de un objeto, es aconsejable conseguir indicaciones de un precio comparativo, para esto es que se sugiere que el tasador posea los archivos más actualizados de las diversas subastas y anuarios de ventas con la descripción de los objetos y los precios finales de venta de los mismos. Siempre la tasación incluirá un precio estimado que el bien podría alcanzar en subasta y un precio mínimo por debajo del cual de ninguna manera esa pieza debiera venderse. El tasador debe ajustar lo más posible su valuación por lo que no debe perderse de vista la cuestión impositiva y las comisiones de venta de las casas de subasta, en caso de que el bien se destine a comercializarse en dicho sector. El mercado de coleccionismo local de plata es generalmente muy conocido por lo tanto en el caso de la platería a veces el asesoramiento al cliente incluye un análisis del mercado y de las diferentes opciones y valores que se manejan en determinado tiempo y lugar.
TASACIÓN |
Peso del metal – Estado – Calidad – Antigüedad – Estilo – Decoración - Diseñador |
INFORMACIÓN |
MUSEOS COMERCIANTES ANTICUARIOS CASAS DE SUBASTA GALERISTAS CATÁLOGOS y ANUARIOS |
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TEMA |
FABRICANTE TIPO DE OBJETOS PERÍODO |
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COLECCIONISTAS |
CATÁLOGOS-FACTURAS-FOTOS
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MARCAS |
GARANTÍA DE CALIDAD LUGAR DE ORIGEN FECHA FABRICANTE |
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PLATERIA |
DATACIÓN |
BORDES ESCUDOS DE ARMAS |
DECORACIÓN |
PENACHOS-CRESTAS-INICIALES GRABADO TALLA CORTANTE CON BRILLO CHINESTO CINCELADO EN RELIEVE CINCELADO CHATO PIEZAS CINCELADO APARTE |
1 La raíz griega argos significa, precisamente, "brillante".
2 El más grande de los poetas griegos.
3 Servicio de Hacienda, Impositiva en E.E.U.U.
4 Langford Joel, Plata, Edimat Libros, Madrid, 1999.
5 Protestantes franceses que huyeron a Inglaterra para escapar de la persecución religiosa.
6 Wyler, Seymour, The Book of Old Sheffield Plate, Crown Publishers.
7 Wyler, Seymour, The Book of Old Sheffield Plate, Op.cit.
8 Feild, Rachael, Collector’s Guide to Buying Antique Silver, Op.cit.
9 Wilson, John; Silver & Plate Antiques Checklist, Op. cit.
10 Muchos utilizan el león pasante.
11 Lamentablemente en el imaginario colectivo se la conoce en nuestro mercado como “Plata 900”.
12 Forma de tabaco que se inhalaba.
13 Su nombre aparentemente se deriva del término rocaille (rocalla) inspiración de la decoración de la época.
14 Ciudades del antiguo Imperio Romano cuyas ruinas la arqueología reveló a mediados del siglo XVIII.
15 Feild, Rachael; Collector’s Guide to Buying Antique Silver, Greenwich Editions, Londres, 1988.
16 Wilson, John; Silver & Plate Antiques Checklist, Reed International Books Ltd., Londres, 1995.
17 Wilson, John; Silver & Plate Antiques Checklist, Op.cit.
Bibliografía Específica
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§ Durry, E.; Antigüedades. Técnicas artesanas tradicionales. Grandes maestros y cómo identificar sus obras. Barcelona. 1991.
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§ Knowles, Eric; Miller’s Antique Checklist: Art Nouveau, Mitchell Beazley 1991.
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§ Wilson, John; Silver and Plate, Antiques Checklist, Reed International Books Ltd., Londres 1995.
§ Wyler, Seymour B., Old Silver, Crown Publishers, 1965.
Fuente: Apuntes de clase para la C.I.A. año 2008 - Prof. Corina Léchenet- Articulación con la Universidad Nacional de Morón (Argentina). Fuente: Apuntes de clase para la C.I.A. año 2008 - Prof. Corina Léchenet
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