TASACIÓN Y VENTA DE GEMAS
1. Clasificación de las gemas
Puesto que cada gema es una sustancia natural de composición bien definida, es importante conocer los elementos químicos con su respectiva cantidad; sobre esta base los minerales de uso gemológico son subdivididos en las siguientes clases:
Ø Elementos nativos: es decir, formados de una sustancia simple, por ejemplo el diamante
Ø Óxidos, formados por metales + oxígeno, entre los cuales está el corindón ( las variedades más importantes: rubí y zafiro), crisoberilo, hematite, ópalo, cuarzo, espinel
Ø Carbonatos, formados por metal + carbono + oxígeno, entre los cuales están la aragonita ( constituyente de las perlas), calcita ( la componente base de los corales), malaquita, rodocrosita.
Ø Fosfatos, formados por metal + fósforo + oxígeno, entre los cuales están las turquesas y apatitas.
Ø Silicatos, formados por metal + silicio + oxígeno, entre los cuales están la andalusita, berilio (las variedades más importantes son esmeraldas y aguamarinas), cordierita, crisocola, feldespato, jade, granate, nefrita, olivina, rodonita, serpentina, sodalita, spodumene, sugilita, topacio, turmalina, circón, sosita.
Ø Entre las rocas (entendidas casi siempre como “ conjunto” de minerales) usadas como fin ornamental debemos incluir al lapislázuli, el cuarzo, la aventurina y los vidrios naturales como las obsidianas.
Ø Entre las sustancias elaboradas por organismos animales o vegetales (organogénicas) , se nos presentan el ámbar, coral o la perla.
2. Origen de las gemas
Sin considerar los minerales órgano-génicos (perla, coral y ámbar), las gemas forman parte de las rocas de la litosfera . Según la modalidad de formación, se puede establecer una clasificación genética:
Ø Especies de origen magmático; si el enfriamiento del magma ha sido lento y las sustancias volátiles abundantes, los cristales resultantes son generalmente perfectos y de grandes dimensiones; es el caso del cuarzo, berilio, turmalina, topacio y espodumene, llamados minerales de pegmatita. Si por el contrario el enfriamiento ha sido repentino, prevalece el estado amorfo ( vidrioso) y el material derivado tiene poca importancia ( obsidianas)
Ø Especies de origen sedimentario; por alteraciones de minerales preexistentes se formaron soluciones, de las cuales los nuevos cristales se separaron después por precipitaciones o por evaporaciones del solvente. No se encuentran entre las mas importantes ( turquesas, rodocrocitas,y algunas calcedonias)
Ø Especies de origen metamórfico, se formaron también de minerales preexistentes que sufrieron profundas modificaciones en la estructura cristalina y muchas veces también en la composición química. A continuación, seguidas de fuertes presiones orientadas y al contacto de erupciones de magma caliente. Típicas de estas son el granate, el espinel, la andalusita y, a veces, los corindones.
En cuanto a la disposición, los trozos primitivos de las gemas se pueden encontrar en el interior de yacimientos primarios, es decir, en el seno de la roca madre en la cual se forman; o bien, en yacimientos secundarios derivados de la descomposición de la roca madre misma. En los primeros, los cristales, generalmente perfectos, son removidos con procedimientos costosos (por ejemplo la olivina). En los segundos, llamados también aluvionales, los trozos preciosos, más pesados ,son separados con la técnica del lavaje y aparecen pulidos por haber viajado, junto a arena y limo, transportados en los cursos de agua (este es el caso del crisoberilo).
3. Propiedades físicas
Además de las características químicas, para conocer las gemas deben tomarse en cuenta sus propiedades físicas, que también servirán para describir las principales gemas.
Dureza. Se define dureza como la resistencia que un material ofrece a la incisión.
Clivaje y fractura. También el clivaje es una propiedad que depende de la coerción: estando unida al tipo de edificio cristalino, se realiza sobre planos, en correspondencia a las uniones más débiles.
Cuando un mineral, cualquiera sea la orientación del golpe vibrante, se desmenuza, se habla de fractura.
Ø Densidad. Se trata de una propiedad que reviste gran importancia bajo el aspecto diagnóstico. El número con el cual se expresa indica la masa ( en gramos) de la unidad de volumen (en centímetros cúbicos. Para el cuarzo, por ejemplo, la densidad de 2,65 significa que 1 centímetro cúbico de mineral tiene una masa igual a 2,65 gramos: la densidad de las gemas están todas comprendidas entre 2 y 5.
Ø Refracción e Índice de Refracción. Cuando un rayo de luz monocromático (rigurosamente de un solo color) golpea oblicuamente la superficie plana de un mineral transparente, lo penetra disminuyendo la propia velocidad y, consecuentemente, desviándolo de la propia dirección: de tal modo que se acerca a la perpendicular conducida a la superficie de separación de dos medios en ese punto. El ángulo de refracción es entonces menor al ángulo de incidencia. El fenómeno se llama refracción y la relación seno de i / seno de r es el índice de refracción ( IR) de la sustancia. Las distintas gemas tienen un índice de refracción comprendido entre 1,4 y 3. La determinación del IR se realiza con el refractómetro usando la luz monocromática (amarilla) de vapor de sodio. Puesta la piedra, por ejemplo un granate, sobre el “vidrio” del instrumento (el contacto entre la base de la gema y el vidrio es asegurado mediante una pequeña gota de un líquido especial), se lee el valor del IR en correspondencia con la línea que separa la parte oscura de la escala graduada de la luminosa; en nuestro caso 1,75. mono-refractarios resultan también todos los otros granates, los espineles naturales y sintéticos, los ópalos y los vidrios. Una pequeña complicación se da cuando el ejemplar es bi-refractante: en la turmalina, por ejemplo, el rayo de luz incidente se desdobla en dos partes que, viajando a velocidades diferentes, se traducen en un rayo más desviado y en un rayo menos desviado. Se logra que, en estos casos, los IR leídos sean dos: la diferencia entre ambos valores representa la bi-refractancia.
3.5. Color. Con respecto al color, los minerales pueden subdividirse en dos grandes categorías:
Ø Minerales idio-cromáticos; la coloración es una consecuencia directa de la composición química: la malaquita, por ejemplo, es verde por que así es el carbonato de cobre de la cual está formada.
Ø Minerales alo-cromáticos; son aquellos que, según la fórmula química deberían ser incoloros. En realidad, estas especies muestran comúnmente las más variadas coloraciones, dando así un gran número de variedades de interés gemológico. Las causas de la presencia de estas tintas son esencialmente de tres tipos:
- Químicas: el mineral no es puro por que contiene trozos de elementos extraños a su composición de base: es el caso del corindón que, cuando es cromífero, se presenta rojo (rubí).
- Estructurales; consisten en “defectos” o distorsiones del retículo cristalino, unidos al crecimiento del cristal o provocados por energía externa ( radiaciones debidas a la presencia de minerales radioactivos en el yacimiento. Una prueba es dada a la adulteración de ciertas piezas con el calor, con rayos gamma o con otras radiaciones, para obtener coloraciones más agradables
- Mixtas; el color anómalo de una especia alo-cromática se debe a la deformación del edificio cristalino provocada por átomos e iones de elementos extraños, mas o menos voluminosos que aquellos de los que han tomado su lugar.
3.6. Pleocroismo. Hemos visto que las especies bi-refractantes absorben la luz de dos maneras distintas. Como consecuencia muestran colores diversos en las diversas direcciones: es decir, son pleocroicas. Algunas muestran dos colores (dicroismo), otras tienen tres (tricroismo). Es importante observar que la presencia de pleocroismo es signo de bi-refractancia, pero la ausencia de pleocroismo no excluye la birefractancia. El pleocroismo tiene una gran importancia diagnóstica y sirve también para separar piedras diversas de igual color (rubíes de espineles, por ejemplo). Para observar contemporáneamente dos colores, se usa un pequeño aparato llamado dicroscopio . El pleocroismo está ausente en las imitaciones en vidrio o en el espinel sintético, además de en las gemas mono-refractantes.
3.7. Dispersión y Fuego. Cuando un rayo de luz blanca atraviesa una gema, esta se descompone en sus colores espectrales produciendo un “abanico” que va del rojo al violeta. Es el fenómeno de la dispersión. El rojo es el más veloz, el violeta es el mas lento y por lo tanto es mas desviado.
En la confrontación de la luz blanca, por lo tanto, también una especie mono-refractante tiene tantos índices de refracción como tantos colores del espectro de la luz que la atraviesa. Las especies con IR elevado muestran en general fuerte dispersión, la cual se traduce, en los ejemplares facetados incoloros o débilmente colorados, en un espléndido juego de colores llamado fuego.
3.8. Luminosidad y Brillo. Cuando la luz golpea la superficie lustrada de una piedra, en parte penetra ( si el material es transparente) y en parte se refleja. La luminosidad depende sobretodo del valor del índice de refracción del mineral: más alto es el IR, más luminosa resulta. El tipo de luminosidad es una consecuencia del tipo de unión química: adamantina (del diamante), metálica (de la hematite), resinosa (del ámbar) ,vítrea (del cuarzo), ceroide (de la calcedonia), untuosa ( jade viejo), madre perlácea, etc.
Con el término de brillo se entiende por el contrario la cantidad de luz que una pieza tallada devuelve al ojo del observador: la intensidad del efecto depende no solo de su IR y del lustre mas o menos cuidado, sino sobre todo de la recíproca angulación dada a las facetas del pabellón ( en las piedras preciosas, la parte inferior, facetada).
4. Efectos ópticos particulares
Estos efectos se deben a inclusiones o a estructuras particulares: típicas de algunas especies y son valorizadas con el corte a superficie curva ( concoidal).
Ø Seda: es el reflejo sedoso-plateado de algunos rubíes y zafiros, y se deben a inclusiones de “agujas” de rutilo ( bióxido de titanio).
Ø Gategiamiento( ojo de gato): se produce cuando en la piedra se presentan fibras o canales densos y paralelos. Para que el efecto sea máximo, la base de la curva debe ser paralela a esas inclusiones. En este caso una magnífica línea luminosa ondea y se mueve al mínimo movimiento de la gema, como si patinase. El más bello ojo de gato se da en una variedad traslúcida del crisoberilo.
Ø Asterismo: se debe también a las inclusiones de finísimos y largos cristales, orientados de un modo particular. El fenómeno que origina esta estrella luminosa es descrito a propósito del rubí estrellado, pero sirve también para el zafiro, cuarzo rosa, almandino y piedra de luna.
Ø Aventurinamiento: consiste en un centelleo interno, y se debe a minúsculas y luminosas laminillas de diversos minerales incluidos en la piedra ( cuarzo-aventurino, piedra del sol).
Ø Fluorescencia y reflejos: La primera típica de la piedra de la luna, consiste en un delicado reflejo perlado, plateado o azulino que flota en la superficie de la piedra. La segunda aparece como un reflejo superficial pero de un color definido: azul, dorado, púrpura o también policromo.
Ø Iridiscencia: Se manifiesta con la forma de alones, y se deben a la interferencia de la luz entre planos de clivajes o en el interior de fracturas naturales o provocadas ( cuarzo recalentado y bruscamente enfriado).
Ø Opalescencia: Consiste en una transparencia diluida, como la de los ópalos, del cuarzo rosa y de la piedra de luna.
Ø Opalización: es el efecto mostrado del ópalo noble.
5. Requisitos para el uso gemológico
Los requisitos intrínsecos que un mineral debe contemporáneamente poseer a los fines de un uso gemológico son esencialmente tres: buen aspecto, dureza elevada y rareza; el diverso grado de cada uno de estos elementos define el valor comercial de la gema.
El primer requisito es la transparencia, color (a veces ausente), luminosidad y eventualmente el fuego.
La dureza debe ser superior a la del vidrio (por lo menos 5,5 - 6 de la escala de Mohs), pero es preferible usar el término duración que comprende también la tenacidad e inalterabilidad química. Factores extrínsecos que no se deben descuidar son la perfección del corte y el peso en quilates (carats).
6. Definición y Clasificación general para el uso gemológico
Una gema es entonces un mineral bello, duro y raro, y sobre la base de estas características Mario Fontana1 distingue:
- Las piedras preciosas, a sí se denominan el diamante, el rubí, el zafiro y la esmeralda.
- Las piedras finas o semipreciosas, de valor similar a las de las conocidas como “las cuatro grandes”, en las cuales los tres requisitos se concilian relativamente bien; en esta denominación se comprenden las alesandritas y ojos de gato, los espineles rojos, las aguamarinas, los topacios, los granates verdes, las rubelitas, los jades imperiales y los ópalos negros
- Las piedras ornamentales; se trata de especies menos raras y menos duras, pero siempre agradables, son extraña y vulgarmente llamadas “piedras duras”, pero se prefiere la definición de ornamentales. Comprenden muchas otras variedades; casi siempre opacas o traslúcidas, que son siempre cortadas de forma curva.
- Otras especies, que no están incluidas en la clasificación anterior son los cuarzos, las calcedonias, los feldespatos y también las rodonitas y el lapislázuli y las sustancias elaboradas por organismos animales o vegetales (organogénicas), como el ámbar, el coral o la perla.
7. Unidad de Medida
La unidad de medida de las piedras preciosas es esencialmente el quilate métrico (k.m, pero en la práctica kt), que corresponde a la quinta parte del gramo. 1 K.M. = 0,2 G. Se trata entonces de una unidad de peso, y de ninguna manera debe confundirse con el título porcentual de las mezclas áureas.
El quilate se divide en 100 puntos. Un diamante de 0,18 k. se dice de 18 puntos, de un rubí de 1,13 k se dice que pesa 1 quilate y 13 puntos. El gramo es la unidad de peso por las piedras de valor modesto como el granate común y las piedras ornamentales en general.
8. Corte
Gracias al corte son exaltadas las propiedades ópticas del mineral; es evidente que la pérdida de peso, que se verifica pasando del trozo a la gema terminada, debe ser controlada lo mejor posible. Si el cristal es de grandes dimensiones, se realiza el clivaje o aserrado en dos partes. Si el mineral es pleocroico , se decide como orientar la cara superior de la gema ( tabla), para obtener el mejor color. Le sigue el esbozo, que delinea la forma de la gema de acuerdo al trozo. Se procede luego al corte verdadero, que obtiene todas las facetas de la piedra. Si la transparencia del trozo aparece ofuscada, o en el caso de especies opacas, translúcidas o con efectos particulares, se opta por el corte concoidal (redondeado). La última fase es el lustre (pulimento) de todas las caras mediante discos de una mezcla tierna ( estaño y plomo) y abrasivos de muy fina grana.
Los laboratorios de piedras coloreadas se concentran en las mismas áreas de producción (Asia, Sudamérica, Rusia etc.). En Europa (sobre todo en Oberstein, Alemania) son talladas con cuidado todas las especies y retocadas muchas gemas importantes talladas en otro lugar. En el cuadro siguiente se ilustran los principales tipos de corte.
Principales Formas de Cortes Facetados (para piedras transparentes) |
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Corte Brillante |
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redondo |
Oval |
Gota |
“Nave” (Marquesa) |
Corazón |
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Cortes Planos y Escalonados |
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Rectangular |
Rectangular descantonado (esmeralda) |
Oval |
Triangular |
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Baguette (rectangular alargado) |
Carré (cuadrado) |
Redondo |
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Cortes Mixtos (arriba brillante y abajo escalonado) |
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Redondo |
Oval |
Ceilán |
Gota |
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Otros Cortes |
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Tijeras |
Tijeras descantonada |
Almohadón (corte antiguo) |
Briolette |
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Cortes de Forma Curva (Concoidal) |
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La base es generalmente oval o redonda |
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Bajo |
Medio |
Alto |
De base cóncava |
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Doble (bi-convexo) |
Doble – Medio |
Doble - Alto |
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Fuente: Le Guide Facili Pietre Preziose.
9. Refinamiento
El refinamiento consiste en alteraciones que tienden a mejorar el color y, en general, el aspecto de todas las gemas opacas, translúcidas y transparentes.
10. Tintura
Actúan sobre los materiales permeables y se realiza con “baños” prolongados en soluciones coloreadas ( sal de hierro, cromo y níquel, anilinas etc,): es así como el ágata común se transforma en “ calcedonia azul” y como lapislázuli o ciertas turquesas de baja calidad toman un tinte suntuoso. Estas técnicas están muy avanzadas en Alemania.
10.1. Tratamiento térmico. Los efectos del calor a veces son imprevisibles ya que, para el mismo material, cambian no solo en base a la temperatura, sino también según el yacimiento. El caso más conocido es el de la amatista, que primero aparece naranja, luego se decolora y finalmente se enturbia. Pueden someterse al calor tanto el topacio como el berilio, el zircón, la turmalina y el zafiro. Las coloraciones así obtenidas resultan generalmente estables en el tiempo.
10.2. Tratamiento mediante radiaciones. Son las técnicas más novedosas y se basan en las emisiones del radio o rayos X. Se utilizan el reactor nuclear ( donde el mineral sufre un bombardeo de partículas) o se recurre a la aplicación en escala industrial de los rayos Gamma. Las modificaciones del color se deben a las deformaciones del retículo cristalino de las piedras por obra de la energía suministrada; muchas veces con la radiación y el calentamiento se obtienen efectos diversos e incluso opuestos.
A menudo ni siquiera el experto se encuentra en condiciones de pronunciarse sobre la garantía de originalidad de la tinta de una gema “sospechosa”: En cada caso la CIBJO ( Confederación Internacional de la Joyería y Orfebrería) obliga al vendedor a “declarar cualquier modificación de color obtenida en una piedra con medios artificiales, con la sola excepción de las gemas calentadas o del ágata tinta”. Se está frente a un fraude no sólo cuando la piedra tiene una denominación diversa de la científica ( por ejemplo topacio en vez de cuarzo citrino), sino también cuando se oculte el refinamiento.
11. Gemas Artificiales
11.1. Imitaciones. Son materiales íntegramente fabricados por el hombre, que muestran solamente el color y el aspecto de las gemas a las cuales se quieren asemejar: teniendo composición totalmente diversa y faltando el edificio cristalino (como en el vidrio), son fácilmente reconocibles. Revelan, en efecto, valores físicos inferiores, no muestran bi-refractancia ni pleocroísmo, ni siquiera inclusiones típicas de las naturales (sin embargo tienen bolas esféricas o estructuras con forma de huso “en remolino”).
Ya los egipcios fabricaban vidrios y esmaltes coloreados; en los tesoros medievales las piedras falsas eran mezcladas con las verdaderas. A fines del setecientos se inventa el strass, un vidrio de plomo que tiene un fuego notable. En la tradición de las piedras artificiales no faltan las porcelanas y resinas, que reproducen las piedras ornamentales mas en boga: turquesa, coral, lapislázuli, ámbar. Las imitaciones más particulares, en cuanto a estructura cristalina, son aquellas obtenidas con las técnicas de las piedras sintéticas. “aguamarina” y “morganita” en espinel sintético, “alesandrita” y “topacio” en corindón sintético, “diamante” en bióxido de zircon etc.
11.2. Piedras Sintéticas. Son sustancias cristalinas químicamente y físicamente idénticas a las naturales, pero también son fabricadas por el hombre, nacieron a los inicios del novecientos por la exigencias de sustituir las vulgares imitaciones con productos más verosímiles e durables.
Primero se obtuvo el corindón ( rubí y zafiro), después el espinel y finalmente la esmeralda. Le siguieron el cuarzo y rubí hidrotermales, el diamante y la alesandrita, todos ellos bajo la forma de cristales dotados de facetas y bordes. Otras son las del ópalo, turquesa y lapislázuli.
11.3. Piedras “ensambladas”. Consisten en “dobles” formadas por dos piezas encoladas. Ambas naturales, o ambas artificiales, o bien natural la superior y artificial la inferior ( el matiz puede ser coloreado o no). Si a este “doble” se sobrepone un “sombrero” de material duro, se tiene un “triple”. Reconocer piedras de este tipo puede resultar muy difícil cuando son montadas en encastres cerrados.
12. Las Piedras Preciosas
12.1. El Diamante
12.1.1. Composición
El diamante tiene fama de proporcionar pureza, amor y dicha a todo aquel que lo lleve, al adamas2 de los griegos también se lo considera tradicionalmente como el emblema de la valentía. De gran simbolismo amoroso, esta gema es en realidad la más dura de todas las sustancias naturales. Se trata simplemente de carbono cristalizado, por lo que su estructura química es similar a la del grafito, paradójicamente una de las sustancias más blandas que se conocen. Uno de los misterios que presenta el diamante es la razón por la cual los átomos de carbono forman la estructura cúbica muy compacta del diamante en lugar de la hexagonal, mucho más abierta, del grafito.
Los cristales de diamante pertenecen al sistema cúbico. En su aspecto más perfecto acostumbran a presentar una forma octaédrica, es decir, dos pirámides equiláteras y de base cuadrada unidas por las bases. Estos cristales, acostumbran a poseer caras muy brillantes marcadas por marcas triangulares denominadas "trígonos". Los trígonos naturales tienen sus vértices dirigidos hacia las aristas de las caras del cristal. Con frecuencia encontramos cristales en forma de estrella; esto se debe a la formación de cristales gemelos. Estos cristales pueden considerarse octaedros, una de cuyas mitades ha experimentado un giro de 180º; se conocen normalmente con el nombre de maclas. Otras formas en que puede presentarse normalmente el diamante son el cubo y el dodecaedro, con seis caras cuadradas y doce rómbicas, respectivamente.
12.1.2. Origen
Todos los campos diamantíferos, a excepción de las chimeneas de kimberlita, son depósitos aluviales. Es decir, los diamantes no se encuentran en las rocas en donde han sido formados, por lo que estos depósitos acuáticos no proporcionan ninguna información sobre el problema de su génesis. Se han presentado muchas teorías para explicar la formación de diamantes, lo
más habitual es suponer unas condiciones de temperatura y presión muy elevadas. Es discutible si los diamantes cristalizaron en las entrañas de la tierra y luego llegaron a las chimeneas conjuntamente con las rocas (según parece éstas se originaron por vapor sobrecalentado que forzó hacia arriba la roca, en estado plástico, a través de las masas rocosas vecinas) o bien cristalizaron directamente en las chimeneas. La génesis del diamante continúa siendo un misterio.
12.1.3. Yacimientos
Sudáfrica. Los campos diamantíferos conocidos hoy en todo el mundo parecen insignificantes si se comparan con la producción sudafricana. En el año 1866 el hijo menor de Jacobs, un granjero holandés de Hopetown, cerca del río Orange encontró una piedra brillante, pesaba 21 quilates y fue exhibida en la primera exposición universal de París. Más tarde se vendió por la irrisoria cifra de 500 Libras esterlinas. En 1871,en los alrededores, se descubrió una nueva mina que más tarde sería denominada Kimberley. El pueblo de Kimberley puede considerarse el centro de todas las minas diamantíferas. El mayor diamante descubierto hasta la fecha es el “Cullinan” de 3106 quilates (en bruto) y se sacó de las entrañas de la mina Premier, descubierta en 1902, que se encuentra a 32 kms. al Norte-Nordeste de Pretoria.
Zimbabwe. El descubrimiento de depósitos diamantíferos en Sudáfrica fue el inicio de una serie de descubrimientos en una amplia zona del sur y sudoeste de África. En 1903 se descubrieron diamantes aluviales en la selva de Somabula, al oeste de Gwelo, en Matabeleland, Zimbabwe. Un poco más al norte de esta localidad se encuentran diversas chimeneas, la mayor parte de ellas sin diamantes. Estos depósitos carecen en el momento actual de importancia económica.
Namibia. En 1908 se detectaron diamantes cerca de Lüderitz, en la costa atlántica del África del Sudoeste. Otros depósitos marinos se localizaron más tarde en zonas reducidas que abarcaban unos 95 Km. de costa hacia el norte de la desembocadura del río Orange. Es posible que existan diamantes en toda la costa de Namibia. Esta zona está siendo explotada principalmente por la Consolidated Diamond Mines of Namibia, una rama del grupo De Beers. La planta principal se encuentra en Orangemund, en la desembocadura del río Orange. En 1927 se encontraron numerosos depósitos marinos en Namaqualand, al sur del río Orange. En 1964 la Marine Diamond Corporation comenzó a recuperar diamantes del fondo del mar cerca de las costas de Namibia, y en 1967 comenzó a operar la barcaza "Pomona", especialmente equipada, en una zona distante aproximadamente una milla de la desembocadura del río Orange. Las arenas del fondo marino, hasta una profundidad de 30 m, son alzadas por medio de una draga de succión. A continuación se procede a tamizar las arenas diamantíferas, lavarlas, concentrarlas por una separación por medios densos y finalmente separar los diamantes a mano.
Zaire, Congo y Angola. El pueblo de Tshikapa es el centro de las operaciones diamantíferas en el Congo, el productor mundial más importante desde el punto de vista de la calidad, pero segundo (después de Sudáfrica) en términos económicos.
Ghana. Los diamantes de Ghana son básicamente de calidad industrial, aunque han sido hallados algunos ejemplares de valor gemológico. En Costa de Marfil también se han encontrado también diamantes.
Sierra Leona. Los campos diamantíferos de Sierra Leona no fueron descubiertos hasta 1930. Debido a la amplia extensión de las gravillas diamantíferas era casi imposible llevar un control adecuado de la zona y fueron inevitables las operaciones ilegales de extracción y venta. A principio de la década de los 50 era superior el número de diamantes que salían ilícitamente de Sierra Leona que los recuperados por la compañía oficial. Los diamantes producidos en Sierra Leona acostumbran a ser de buena calidad y de tamaño grande. Muchos cristales muestran una excelente forma octaédrica y tienen caras brillantes. Ocasionalmente aparecen cristales de 100 quilates o aún más; el ejemplar "Woyie River Diamond", recuperado en 1945, pesaba 770 quilates, pero este valor fue superado por el "Star of Sierra Leona", hallado en la mina Diminco, en Yengema, durante el mes de febrero de 1972. Este cristal pesaba 968,9 quilates y ocupa el tercer lugar en la escala de tamaños.
África Occidental y Ecuatorial. Los trabajos principales en esta zona se sitúan a unos 75 Km. al norte-nordeste de Macenta. Los diamantes acostumbran a aparecer en depósitos aluviales en los cursos superiores de arroyos de poca consideración, así como en antiguas terrazas, en compañía siempre de otros minerales. En Congo Central y Gabón se han encontrado unos cuantos diamantes, pero la extracción en estas zonas ha cesado casi por completo.
Tanzania. La mina de Williamson es la chimenea de mayor tamaño en África. Todavía se está operando en forma de hoyo abierto, las excavadoras mecánicas van recogiendo la gravilla y vaciándola en camiones de 5 toneladas. Los camiones llevan este material a paneras de concentración para ejecutar la primera parte del proceso de producción. La mina Williamson ha proporcionado un buen número de diamantes, incluyendo uno de 240 quilates y cristales de color verde y rosa; el cristal rosa de mayor tamaño pesaba 54 quilates en bruto y después de tallado dio lugar a una piedra de 23,60 quilates. Esta gema fue regalada a la reina Isabel II cuando era todavía la princesa Isabel.
Lesotho. La extracción es llevada a cabo por sistemas primitivos. Lesotho se hizo famoso cuando, en 1967, la mujer de un minero encontró un diamante de 601,25 quilates. Era el mayor diamante encontrado por una mujer. El cristal se talló en 18 piedras.
Bostwana. La búsqueda de diamantes en Bostwana, comenzó en 1955, en una zona al oeste del río Limpopo. Hoy la mina Orapa es la segunda chimenea de mayor tamaño del mundo, es únicamente superada por Williamson, en Tanzania. La extracción se lleva a cabo mediante el sistema del hoyo a cielo abierto.
India. Fue en la India donde se conoció en primer lugar esta piedra preciosa; de las antiguas minas indias proceden diamantes de tanto valor histórico como el Koh-i-Nûr y el de Jehangir. Las antiguas minas indias podían clasificarse en tres grupos principales, el más importante de los cuales pertenecía a la zona meridional del país. A pesar de su gran importancia en el pasado, hoy en día se hallan virtualmente abandonadas. En esta zona fue donde se encontraron las piedras más importantes; normalmente se conocía con el nombre de Golconda. Es muy probable que Golconda no fuera una ciudad minera, sino un centro comercial en donde se trataban y vendían las gemas extraídas en las zonas adyacentes. Es necesario mencionar las minas de Kollur, en el Kristna, pues es probable que fuera el lugar de origen del famoso diamante Koh-i-nûr3, que hoy en día aparece en la parte delantera de la corona de la reina británica, así como del enorme diamante azul denominado Hope. Muchas piedras indias se cortaban en forma plana. Al segundo grupo corresponden las minas de Madhya Pradesh se encuentran todavía en explotación. El grupo oriental, el tercero de las zonas mineras indias, se encuentra en torno al valle Mahanadi en las Provincias Centrales y en los alrededores de Sanibalpur, distrito de Orissa. Por regla general, estas minas han sido abandonadas.
Borneo e Indonesia. Se dice que los diamantes de Borneo e Indonesia son conocidos desde el año 600 antes de Cristo, lo cierto es que son famosos desde antes del siglo XIV. Se trata de pequeñas piedras que en raras ocasiones superan el quilate de peso. Se recuperan de depósitos aluviales correspondientes a antiguos cauces. La producción está absorbida por los mercados orientales y la mayor parte de las piedras son talladas en Martapura, en el mismo Borneo.
Guyana. Los diamantes de Guyana acostumbran a ser octaedros gastados y marcados, especialmente en el distrito de Apiqua y en los depósitos de Potaro. La mejor calidad y forma se obtiene en los distritos de Kurupung y Eping. El color más habitual es el blanco, con un ligero tinte amarillento, seguido por Capes y marrones claros y oscuros. No es frecuente encontrar otros colores, aunque algunas veces aparecen cristales de color blanco azulado, aguamarina o verde oscuro, casi todos procedentes del distrito de Potaro.
Bolivia. Se han encontrado diamantes en las colinas situadas al pie de los Andes bolivianos. También en las gravas fluviales del río Tuichi; se tienen noticias también de otros ríos: Tequeje, Unduma, y otros afluentes del río Beni. Las piedras aparecen en lechos fluviales de 1-3 metros de espesor y que cubren una roca madre de la edad pérmica.
Venezuela. El hallazgo de diamantes a lo largo de los ríos Cuyuni y Paragua, en la zona denominada Gran Sabana, en el estado de Bolívar, Venezuela, puede considerarse como una extensión de los campos diamantíferos en Guyana. La explotación de estos depósitos se ve dificultada por la inaccesibilidad del lugar, pero, a pesar de ello, se han conseguido extraer y vender algunas piedras. Los diamantes del río Paragua aparecen recubiertos por una capa de óxido de hierro, pero es posible tallar gemas de buena calidad. En Icabaru se encuentran diamantes verdes. En los depósitos venezolanos es frecuente encontrar ejemplares de colores vivos, entre ellos, verde-amarillento, marrón, marrón-rojizo, rosa, azul claro y negro.
Brasil. El descubrimiento de diamantes en Brasil tuvo lugar en la localidad de Tejuco, hoy denominada Diamantina. Los primeros exploradores que se dedicaban a la busca del oro muchas veces encontraban piedras brillantes en el fondo de sus cestas o bateas, estas piedras eran diamantes pero ellos no lo sabían en aquella época. Los diamantes se hallan muy extendidos por todo Brasil, la mayor parte de ellos son pequeños pero de buena calidad, aunque su extracción se lleva a cabo de una forma muy primitiva.
Estados Unidos. En 1849 se identificó como diamante un cristal de color amarillo pajizo y del tamaño de un guisante que había aparecido en unos placeres auríferos de California. En casi todos los EEUU se han encontrado diamantes, pero sobre todo en Arkansas.
Australia. Los primeros diamantes australianos se encontraron en New South Wales en 1851. Hasta hace poco los diamantes australianos eran de pequeño tamaño y color amarillento, pero esta situación ha dado un vuelco. En el distrito de Kimberley (Australia Occidental) se están llevando a cabo prospecciones intensivas y se ha visto que, claramente, Australia está destinada ha convertirse en uno de los lugares más importantes del mundo en este campo.
Rusia. Se dice que 1941 fue la fecha inicial para la aplicación de sistemas científicos a la extracción de diamantes, pero no se posee ningún dato preciso. En 1898 se sabía ya la existencia de diamantes en el centro de Siberia, entre los ríos Lena y Yenisei. Después de la II Guerra Mundial se llevaron a cabo otras investigaciones, pero en 1945 la recolección de diamantes era escasa. Como Rusia precisaba diamantes para usos industriales, envió una serie de expediciones para localizar las posibles fuentes. En el momento actual, se trabaja únicamente en forma de hoyo abierto.
China. En 1955 se descubrió una importante fuente de diamantes en la provincia del Hunan; también se explota una chimenea diamantífera en Llaoning. La explotación conjunta de ambos lugares supera los 2 millones de quilates al año. Como consecuencia de estos descubrimientos se han creado un buen número de escuelas y fábricas de tallado en todo el territorio chino.
12.1.4. Propiedades, impurezas, coloración, síntesis e imitaciones del Diamante
Se reiterarán las propiedades analizadas para las gemas en general particularizando las propias de los diamantes. La explicación acerca del gran brillo típico de estas piedras preciosas se encuentra en ciertas propiedades ópticas inherentes a esta piedra preciosa, la primera de ellas es el lustre adamantino debido al efecto combinado de un buen pulido y la calidad de la luz reflejada en la superficie. La segunda causa es la capacidad que posee un diamante bien tallado de reflejar un haz de rayos que incidan en su parte frontal. Los rayos de luz que entran en el diamante cambian de dirección, experimentan lo que se denomina un efecto de refracción. El valor de esta desviación viene dado por el llamado índice de refracción, que alcanza un valor de 2,417 en el diamante (para luz amarilla). Además, y debido al valor relativamente alto de este índice de refracción, los rayos que llegan a las facetas posteriores experimentan una "reflexión total" y vuelven a salir a través de la parte frontal. El tercer efecto óptico que origina este atractivo peculiar del diamante es el denominado "fuego" de la gema. El fuego, científicamente conocido con el nombre de dispersión, es la separación de la luz blanca en los diversos colores del espectro; en el caso del diamante, la dispersión es muy acusada. Este efecto se halla motivado por los distintos índices de refracción de cada uno de los componentes coloreados de la luz blanca que incide sobre la piedra. Cada rayo de color posee un índice ligeramente distinto y por ello los recorridos dentro del cristal serán también diversos. La dispersión de los rayos de luz a través de un brillante bien proporcionado con el juego de colores del espectro lo que proporciona al diamante su belleza tan peculiar.
La luz visible que ha pasado a través de un diamante puede examinarse mediante un espectroscopio (un instrumento que analiza la luz en los colores del espectro), lo que hace aparecer casi siempre algunas rayas oscuras en correspondencia con ciertas zonas del espectro. Estas bandas de absorción sirven para determinar la identidad de muchas gemas coloreadas y es una prueba de gran importancia a la hora de descubrir imitaciones. El espectro de absorción tiene también valor determinativo en el caso del diamante, pero, a diferencia de las restantes piedras preciosas cuyas bandas de absorción son debidas a los elementos químicos del cristal, ya sea como parte constituyente o como impurezas, en el diamante las líneas son debidas a la estructura cristalina o bien a alteraciones en ella. Hay otro efecto, la fotoluminiscencia (fluorescencia), que junto con el espectro de absorción establecen una relación bien definida. La fotoluminiscencia puede explicarse como la emisión de un resplandor visible de luz al colocar la piedra en un haz de luz ultravioleta invisible, rayos catódicos o rayos X.
Para que un diamante sea de calidad máxima debe ser totalmente puro, es decir, libre de impurezas e inclusiones o manchas. No obstante, estas imperfecciones pueden ser tan pequeñas que no puedan detectarse con una lupa de diez aumentos (en este caso se dice que la piedra es pura a la lupa) o bien tan notorias que lleguen a dañar seriamente la belleza de la gema. Además, si una de las imperfecciones se encuentra en un lugar especial del cristal, puede experimentar reflexión de las facetas posteriores y aparecer multiplicada a simple vista4. El mismo diamante puede representar una inclusión importante en ciertos ejemplares y en las gemas brasileñas han hallado incluso cristales de cuarzo. Roturas de exfoliación y otras marcas pueden llegar a afectar considerablemente la transparencia de un diamante, incluso inclusiones transparentes pueden aparecer como manchas oscuras al observar el cristal en un ángulo tal que la luz se refleje totalmente en sus superficies.
El término “color de fantasía” (fancy colour) se utiliza para describir las piedras de color rosa, verde, azul, rojo, negro y naranja, así como los tonos oscuros de amarillo, marrón, pardo y gris. La escala abarca desde el tinte más claro hasta el más oscuro. La coloración natural se debe a una variedad de factores que incluyen impurezas químicas dentro de la piedra. La presencia de nitrógeno dará como resultado diamantes amarillos, el manganeso resultará en diamantes rosas, mientras que los azules deben su color a la presencia de boro. Los diamantes marrones, rojos, lilas y algunos rosas son el resultado de una estructura química deformada e impurezas cristalinas, en tanto que los verdes se dan mediante radiaciones naturales. Estas piedras son realmente escasas y pueden llegar a alcanzar precios altísimos. El acceder a diamantes coloreados naturales no es fácil dado que numerosas piedras presentes en el mercado son tratadas con radiaciones artificiales para resaltar el color. La única manera de distinguir con seguridad un diamante coloreado naturalmente de uno coloreado artificialmente es mediante un certificado de autenticidad de alguna institución respetada y seria. Los diamantes coloreados artificialmente valen sólo una fracción con respecto a los naturalmente coloreados. A diferencia de los diamantes blancos, no hay una guía de precios establecida para los diamantes coloreados, así es como se convierten en materia de estudio de constante evolución.
La coloración artificial del diamante ha conseguido una cierta importancia comercial debido al efecto tan notorio que se alcanza al bombardear las piedras con partículas de atómicas. Como se ha visto en la introducción para las gemas, desde los primeros años de nuestro siglo se conoce el sistema para teñir de verde los diamantes, gracias al bombardeo con partículas radiactivas. Actualmente se ha conseguido un tipo similar de coloración empleando neutrones (partículas sin cargas existentes en el núcleo de casi todos los átomos) generados en un reactor atómico (pila atómica); este tipo de proceso se está explotando comercialmente tanto en Gran Bretaña como en los Estados Unidos de América. Los diamantes que salen de la pila poseen un color verde y para conseguir tonalidades pardas amarillas o champagne basta con calentar en condiciones controladas.
Otro tipo de alteración practicada algunas veces con fines fraudulentos consiste en pintar las facetas posteriores de algunos diamantes amarillentos para que tomen un tinte más blanco. Desde el punto de vista científico, la combinación de dos colores complementarios puede dar el blanco; éste efecto es el que se aprovecha para el blanqueado de diamantes. Normalmente se experimenta con ejemplares de color poco apreciado. Sobre las facetas posteriores se aplica una capa de color azul o violeta, colores que combinan con el amarillento para dar una tonalidad blanca. La película de color es tan delgada que no llega a verse a simple vista, a excepción de la zona sin pulimentar del cinturón o de la arista de montaje de la piedra. Como normalmente se emplean colorantes solubles en agua, un lavado en agua caliente disolverá el color dejando al descubierto el tinte natural. Si se emplea otro tipo de pintura o laca se usarán disolventes del tipo acetona o acetato de amilo.
Durante más de cien años se han llevado a cabo todo tipo de pruebas científicas para conseguir transformar las formas negras y blandas del carbono (grafito o carbón de leña) en el material transparente v duro que es el diamante. La primera publicación escrita que dio noticia de un buen sistema para la síntesis del diamante tuvo lugar en febrero de 1955 y procedía del equipo de trabajo de la General Electric Company de América. Al cabo de poco tiempo otras compañías comenzaron a emplear los procesos generales del equipo americano, en especial la De Beers, y los diamantes sintéticos de tamaño diminuto obtenidos por este sistema llegaron a igualar en importancia a los de fuente natural. El equipo americano continuó en secreto la mejora de su sistema y en 1970 anunció su éxito a la hora de conseguir cristales de diamante de calidad preciosa en una gran variedad de colores y tamaños. Su elevado coste de producción, no obstante, hace que estas piedras resulten mucho más caras que las halladas en la naturaleza. Hay numerosos sustitutos del diamante, tanto antiguos como modernos, que pueden engañar al tasador, al cliente o a un joyero poco experimentado. Antiguamente la gema natural que más se empleaba para imitar al diamante era el zircón blanco tallado tipo brillante, con una considerable dosis de fuego; las imitaciones a base de pasta de vidrio al plomo, conocidas como "pasta", podían llegar a engañar al primer momento, pero muy pronto se rayaban y estropeaban con el uso. En el caso del zircón, con un conocimiento científico limitado y sólo una lupa de diez aumentos, existe únicamente una característica que lo distingue fácilmente del diamante. En esta piedra, así como en todos los materiales transparentes que cristalizan en el sistema cúbico, los rayos de luz que entran en el cristal experimentan el fenómeno de la refracción, pero atraviesan el cuerpo y salen en forma de un rayo único (dejando de lado la dispersión en los distintos colores del espectro que da lugar al típico fuego). En el caso del zircón, por el contrario, que cristaliza en el sistema tetragonal, existe una única dirección, llamada eje óptico, a lo largo de la cual puede pasar la luz como rayo simple. En todas las restantes direcciones experimenta una refracción doble, es decir, el rayo de luz se separa en dos, produciendo imágenes dobles de las aristas de las facetas posteriores, imágenes que pueden apreciarse fácilmente al observar con una lupa a través de la parte frontal del cristal. Debido a las grandes presiones bajo las que se formó el diamante, y a pesar de su único índice de refracción, puede mostrar un efecto denominado "birrefringencia de tensión" al observar el cristal entre polares cruzados, apareciendo manchas de luz y sombra al ir girando la piedra. Este efecto es característico del diamante.
Desde la década de los años 30 se ha intensificado el problema de distinguir el diamante de sus sustitutos debido a la enorme producción de piedras sintéticas que, en muchos casos, disponen de propiedades ópticas muy similares a las del diamante. La espinela blanca sintética posee una gran pureza y permite un grado muy bueno de pulimentado; se emplea con éxito como sustituta del diamante en ejemplares de pequeño tamaño en montajes múltiples. Además es también monorrefringente. No obstante, una medida con el refractómetro da un valor de 1,726, tiene un grado bajo de "fuego" y una dureza de solo 8 en la escala de Mohs (el diamante tiene una dureza de 10).
Desde la 2º Guerra Mundial han ido apareciendo toda una serie de sustitutos del diamante de tipo sintético. El rutilo sintético (producido en 1948) posee un cuerpo de color amarillento, su grado de dispersión es seis veces superior al del diamante y por ello ofrece un despliegue espectacular de colores. Asimismo posee índices de refracción muy elevados y una gran birrefringencia que lo hace fácilmente reconocible. En 1955 apareció el titanato de estroncio, que no existe en la naturaleza, por lo que no es necesario añadir el adjetivo "sintético". Este compuesto supuso el primer problema real, incluso para el joyero especializado. El nuevo material tenía un color blanco puro, no era birrefringente y su índice de refracción era casi idéntico al del diamante para luz de sodio. No obstante, su fuego era cuatro veces superior al del diamante y ello suponía ya un buen indicio para comenzar las sospechas. En el caso de piedras no montadas basta con determinar la densidad, que es muy alta: 5,13. El peor defecto del titanato de estroncio (se acuñaron los nombres de "fabulita" y "diagema" para él) es su dureza relativamente baja, 6 ½ en la escala de Mohs; además es bastante quebradizo. El titanato de estroncio no muestra fluorescencia bajo la luz ultravioleta y con frecuencia posee unas marcas superficiales características en las facetas del pabellón.
El siguiente sustituto de calidad apareció en 1969, cuando se sintetizaron una serie de piedras transparentes con estructura de granate pero sin sílice; se empleó preferentemente una técnica de "estirado" diseñada por Czochralski y uno de los tipos, denominado popularmente YAG (granate de itrio y aluminio), con características bastante similares a las del diamante, se comenzó a fabricar rápidamente a gran escala. Dos de los nombres comerciales adoptados fueron: "diamonair" y "diamonique". La tendencia actual es la de emplear nombres más significativos. El problema principal que planteaban estos nombres de "fantasía" es que no proporcionaban al comprador ningún dato acerca de las propiedades del producto ofrecido. El aluminato de itrio (YAG) posee una estructura cúbica y es isotrópico como el diamante. Posee un índice de refracción de 1,834, que es demasiado elevado para ser medido con los refractómetros estándar, y su dispersión es de 0,028, más baja que la del diamante, pero aún suficiente para proporcionar un cierto grado de "fuego" al ser tallado el cristal en las proporciones correctas; su dureza es de 8 ½ en la escala de Mohs, bastante alta para evitar los problemas creados por el uso. Otro ejemplar de las series de "granates" sintéticos es el denominado granate de gadolinio galio, coloquialmente conocido como GGG. Posee un elevado índice de refracción (1,97) y dispersión 0,0446 (similar a la del diamante).
En 1976 apareció un nuevo candidato en la lista de los mejores sustitutos del diamante. Se trata del zirconio cúbico (cubic zirconia), inicialmente vendido con el nombre de "fainita" o "djevalita", pero hoy en día conocido universalmente con su nombre correcto o abreviado de "CZ". En la naturaleza el óxido de zirconio aparece únicamente en una forma monoclínica estable, el mineral conocido con el nombre de badeleyita; cuando se combina con una cierta proporción de otro óxido como el CaO o el Y2O2 , fundiendo conjuntamente a alta temperatura, aparece una forma cúbica estable. Las propiedades del "CZ" varían ligeramente según el tipo de óxido estabilizador empleado, pero en términos generales son las siguientes: dureza 8, peso específico 5,65, índice de refracción 2,15 y dispersión 0,060.
El temor de los joyeros y tasadores a ser engañados con uno de los sustitutos antes citados, especialmente desde el descubrimiento del CZ, ha hecho agudizar el ingenio a los fabricantes de aparatos instrumentales y de control, capaces de ayudar al joyero o al tasador en la determinación de las gemas de imitación, de ser posible sin desmontar la piedra y sin riesgo de posibles daños.
Existe otra imitación del diamante poco frecuente. Se trata del doblete, en el que como se ha mencionado, la mitad superior (corona) de la piedra es de diamante verdadero, pero la base o pabellón se halla formado por otra piedra incolora; ambas partes aparecen cementadas entre sí. Cuando observamos este tipo de piedras de forma oblicua a través de la tabla es posible apreciar una sombra de las aristas de la faceta en la capa inferior de cemento, poniendo así al descubierto el engaño.
Desde que en el siglo XIX se estudiaron más a fondo las propiedades y yacimientos de los materiales empleados en joyería y ornamentación, comenzaron a realizarse intentos de producir sintéticamente copias exactas de los minerales y cristales hallados en la tierra. Hoy en día se ha conseguido obtener sintéticamente una gran mayoría de gemas y también se han fabricado otras que no tienen correspondencia en la naturaleza. Para que tengan importancia económica, las piedras sintéticas deben poseer un tamaño lo suficientemente grande para permitir la talla y, además, deben resultar más económicas que las piedras naturales. Resumiendo: ¿Qué se entiende por piedra sintética?. Se trata de una piedra de composición química idéntica a la piedra que se desea imitar v que ha sido obtenida en forma cristalina.
12.1.5. Diamantes Famosos
Cullinan. En 1905 tras un duro día de trabajo en las minas Premier en Sudáfrica, un minero se percató de un objeto muy brillante incrustado en la tierra. Con un cuchillo lo desprendió y se lo entregó a su jefe. Este humilde descubrimiento ha sido uno de los más grandes en el mundo del diamante. Una vez encontrado la pregunta fue que hacer con un diamante del tamaño de un kiwi, 3025 quilates en bruto. Al no encontrar compradores para la enorme piedra se decidió regalarla al rey Enrique VII de Inglaterra. Este decidió que se cortara, fue tallado en 105 piezas. La pieza más grande, Cullinan I (516 quilates), se renombró Great Star of Africa con unas medidas de 6 por 4,5 cms. aproximadamente. La segunda de mayor tamaño, Cullinan II (304 quilates), y con unas medidas de 4,5 por 3,8 cms. Ambas pasaron a formar parte de las joyas de la corona inglesa, la gran estrella de África se incrustó en el cetro real y Cullinan II en el centro de la corona imperial británica.
Koh-i-noor. La historia de este gran diamante comienza en 1304 en manos del Rajá de Malwa, eran tiempos en los que la posesión de tal gema era símbolo del poder de un imperio. De hecho se ha dicho que aquel que posea el Koh-i-noor reinará en el mundo. Como era de esperar la lucha por su posesión fue feroz. En 1852 y tras presentarse públicamente en Londres como la gente resultó algo decepcionada por su falta de brillo, se mandó retallar aunque por ello sufrió una pérdida considerable de peso, de los 186 quilates originales pasó a su tamaño actual de 108,93 quilates.
Hope Azul. Cuenta la leyenda que una maldición recae sobre este famoso diamante. Tan famoso como el misterio que le rodea, se dice que trae la mala suerte a quien lo posee, su primera propietaria, Maria Antonieta, tuvo un dramático final fue guillotinada. Uno puede pensar que un desafortunado incidente poco tenga que ver con una maldición, pero existe una cadena de ominosos sucesos vinculados al Hope a partir de 1830. El joyero que talló la piedra murió de dolor al saber que su hijo había robado la valiosa pieza. Tras la muerte del padre el hijo se suicida, el Hope se encontró entre las pertenencias del joven y se rumorea que quien lo encontró murió al día siguiente.
Para mayor misterio de los poderes del Hope está la historia de la estrella del Follies Bergere que fue tiroteada en el escenario la primera vez que llevaba puesto el diamante. El joyero Cartier supo sacar provecho del pasado maldito del Hope al encontrar un comprador: la Sra. Evelyn Walsh quien creía que cualquier cosa que se dijera que traía mala suerte, en ella tendría el efecto contrario. Así que compró el diamante y la leyenda continuó creciendo aunque no le afectó a ella en particular murió su hermano, su hija y su hijo. Teniendo en cuenta esto ¿quien querría ser el propietario del Hope?. Para responder la pregunta sólo hace falta ver la piedra, su color azul oscuro le da una belleza poco común que ha probado ser más irresistible que la amenaza de su reputación. Su nombre actual se debe a sus propietarios, los banqueros Hope & Co.
Milenium Star. El Milenium Star de Debeers fue descubierto en la República del Congo a principios del siglo XX. Fueron necesarios tres años para poder tallar la piedra, lo que obtuvieron fue la única pieza en el mundo de 203 quilates interna (I.F.) y externamente (Flawless) pura con talla de pera.
Se trata de la pieza estrella de la importante colección de Debeers compuesta de 118 quilates de diamantes River que estuvo expuesta durante el año 2000 con motivo de la celebración del nuevo milenio en el Dome de Londres.
Spirit of The Grisogono. Se trata del mayor diamante negro del mundo. Excepcional e impresionante por su color negro y sus 312,24 quilates de peso, perteneciente a la colección de diamantes negros del joyero suizo De Grisogono, fue extraído en la República Centroafricana. Su tallado duró más de un año utilizando la técnica Mogul, desarrollada siglos atrás en la India. Otros diamantes famosos fueron tallados con este mismo método, el diamante Orloff del tesoro de Rusia, el Gran Mogol y diamantes de la colección imperial de Irán. El 15 de Julio del 2001 estuvo expuesto por primera vez en la exposición diamantes en el museo de historia natural de Paris.
12.1.6. Selección, Clasificación y Autentificación de los Diamantes
Después de su recuperación en las minas, los diamantes son enviados a centros especializados para su selección y clasificación. La mayor parte de la producción mundial procede de África, -descontando los descubrimientos rusos- y es enviada a Londres, en donde la Diamond Trading Company se encarga de las ventas. Muy pocas minas diamantíferas del mundo escapan al control de esta compañía creada a finales del siglo pasado en Kimberley. Este organismo se encarga de mantener constantes los precios y el nivel de producción. El proceso de selección se lleva a cabo a mano y requiere una gran práctica. La primera clasificación puede efectuarse en dos grandes grupos: cristales de buena calidad para talla (gemas) y cristales industriales que serán tratados más adelante. Un 80% de las piedras halladas no tienen calidad preciosa y se destinan a fines industriales.
Debe establecerse que la selección y valoración posterior de los diamantes de calidad preciosa dependen de cuatro factores: tamaño, color, forma y pureza. Las piedras de buen peso, color aceptable y de forma normalmente octaédrica se conocen como valorativamente como stones, a continuación encontramos los shapes, que poseen un buen color y tamaño pero que no permiten una buena talla. Las maclas y los cristales planos forman otra categoría. Más abajo en la escala encontramos el denominado mêlée, formado por cristales de menos de un quilate, y, finalmente, las “arenas", aquellas piedras tan diminutas que pueden llegar hasta 120 en un quilate. También encontramos aquellos cristales rotos, no importa el tamaño, y que tienen una forma altamente irregular. Por piedras revestidas se entienden aquellos cristales que poseen una capa oscura en la superficie. También aparecen cristales erosionados o escarchados, cuya capa superficial ha sido eliminada, dejando al descubierto una superficie opaca y picada. La gradación del color de los diamantes se lleva a cabo por personal especializado que ha adquirido su conocimiento por pura experiencia.
En el caso de los diamantes y de todas las gemas en general, la gradación del color se lleva a cabo sin ayuda de aparato alguno, simplemente con la vista, pues aún no se han inventado sistemas mecánicos que supongan una ayuda real. La clasificación de los diamantes según el color proporciona un buen número de divisiones y subdivisiones y se presentarán en la tabla del color. También existen piedras de color fuerte, denominadas de fantasía, que pueden llegar a alcanzar precios altísimos. Son habituales los colores pardos, amarillo canario, mientras que los rosas, rojos, azules y verdes son menos frecuentes. El término blanco azul no se emplea ya tanto corno antiguamente y se aplica a aquellas piedras que poseen una ligera tonalidad azulada. No es un color en el sentido estricto de la palabra, sino una fluorescencia provocada por la componente ultravioleta de la luz diurna. Las mejores piedras acostumbran a mostrar este efecto. Las gemas que no tienen ninguna impureza y son totalmente transparentes se denominan first water (primera agua), término cuyo origen y significado se desconoce.
La complejidad del trabajo de selección aumenta al tomar en consideración la pureza interna del cristal, es decir, la ausencia de impurezas o inclusiones. Existen muchas formas distintas de clasificar los diamantes. La clasificación en grupos distintos es un trabajo que compete al seleccionador de diamantes.
La venta de los diamantes en bruto, tal como salen de las minas, se lleva a cabo en Londres, una vez al mes, en sesiones especiales organizadas por la Diamond Trading Company. Las piedras de calidad preciosa se subdividen en lotes según el tamaño, grado o forma. El procedimiento de compra es todo un ritual. Los clientes se encuentran en unas salas especiales y reciben un lote de mercancía según la demanda efectuada. El lote acostumbra a consistir en una serie de papeles blancos y doblados, con una o varias piedras dentro de cada uno, todo ello dentro de un sobre de color azul. El comprador analiza el lote observando las piedras en luz norte, la mejor para poder apreciar el color. Este tipo de luz se emplea únicamente en el hemisferio septentrional; si el comprador se encuentra en el otro hemisferio debería emplear luz sur. El comprador debe quedarse con el lote completo y no puede elegir o seleccionar. Los cristales en bruto comprados de esta forma en la Diamond Trading Company se llevarán a tallar para conseguir una gema apta para joyería; en estos casos la talla en brillante es la mejor a la hora de mostrar la perfección del fuego y brillo del diamante.
La talla tipo baguette, generalmente en su variedad tipo esmeralda, puede ser empleada también en el diamante, pero no consigue explotar al máximo el fuego de la piedra.
Después de la talla se procede a evaluar y seleccionar las gemas; los sistemas de selección empleados son ligeramente diferentes que en el caso de las piedras en bruto.
La clasificación y valor de los diamantes tallados se basa en la escala denominada de las 4 C’s (cuatro C), es decir, color (color), transparencia (clarity), talla (cut) y quilates (carat), siendo este último el peso de la piedra ya acabada.
12.1.6.1. Laboratorios Gemológicos e Institutos Certificadores. Existen a nivel mundial diversos Institutos Certificadores cuya actividad se basa en valorar la autenticidad del diamante así como acreditar la identidad y características de la piedra a través de la emisión de un certificado internacionalmente reconocido. En 1976 fue creado el primer Departamento de Certificados con el fin de emitir certificados en nombre de los comerciantes y fabricantes belgas de diamantes. La fundación fue precedida de un período de dos años el cual se estudiaron y fijaron, en concertación con las organizaciones representadas en el seno del Consejo Superior del Diamante, los criterios de gradación y los métodos de trabajo que serían aplicados con posterioridad. Con ocasión del congreso mundial de 1978, la “Federación Mundial de Bolsas Diamantistas” (World Federation of Diamond Bourses WFDB) y la “Asociación Internacional de Fabricantes de Diamantes” (International Diamonds Manufacturers Association IDMA) adoptaron las reglas internacionales de gradación basadas en las reglas aplicadas por el departamento de certificados del HRD (Consejo Superior del Diamante).
12.1.6.2. Autentificación. El certificado de diamantes. Las entidades certificadoras cuentan con un equipo de gemólogos que, con su dilatada experiencia y en combinación con equipos innovadores, se encargan de analizar científicamente los diamantes, describiendo de manera detallada y concisa tanto las características del mismo como la calidad del tallado. La información obtenida mediante el análisis se presenta en un certificado, donde de una manera simple y entendible se especifican las cualidades. Para determinar los distintos grados de calidad y pureza que puede tener un diamante los institutos certificadores utilizan unas escalas o tablas (que se detallarán a continuación y que son mundialmente aceptadas.
La primera función del certificado de un diamante es la de garantizar la autenticidad del mismo. En otras palabras: el documento confirma que la piedra descrita es un diamante natural y no, por ejemplo, una imitación o un material sintético. Existen una serie de métodos para verificar un diamante, que se basa en las características particulares de éste, como la dureza, la refracción de la luz y la conductividad del calor. Asimismo, el certificado tiene una completa descripción de la calidad del diamante, también en el se encuentran diagramas de un brillante estándar visto desde la corona y el pabellón para poder situar los posibles defectos del diamante comprado. Estas características de calidad son las que posteriormente determinan el valor del mismo. El certificado se complementa con anotaciones referentes al peso exacto en quilates (con dos decimales), tipo de talla, dimensiones en milímetros, altura y anchura de la tabla, simetría y pulimentado, grosor y acabado del cinturón y fluorescencia ultravioleta.
El personal que realiza el examen de la piedra conserva un registro con toda una serie de detalles suplementarios de la pieza que puede ayudar a su identificación en el futuro si ello fuera necesario, asimismo, desconoce la identidad del propietario, constituyendo así una garantía de absoluta objetividad. Los institutos certificadores de mayor prestigio y con mayor relevancia a nivel mundial son los siguientes:
El profesionales dedican sus esfuerzos y conocimientos para emitir más de 400.000 certificados anuales en una de las mayores certificadoras que existen en la actualidad, además cuenta con un gran reconocimiento en cuanto a la calidad de los servicios prestados. Los informes de identificación de IGI suministran información sobre el peso, las medidas, la forma y la talla, el acabado, las proporciones, la claridad, el color y, en su caso, la cantidad de piedras preciosas que hay. También se incluye la identificación y peso de los metales preciosos.
El G.I.A. (Gemological Institute of America) aparece en 1931 cuando Robert M. Shiplry fundó el Instituto Gemológico de Los Angeles. Desde entonces ha seguido transmitiendo todo su conocimiento tanto en diamantes como en gemas a la industria joyera. El instituto se caracteriza por haber sabido combinar la investigación, educación y prestación de servicios con el fin de ayudar a todos los profesionales de la industria en sus análisis científicos y en el conocimiento de las piedras preciosas, trasladando de esta manera su confianza hasta el consumidor final. Se trata de una entidad privada sin ánimo de lucro que cuenta con numerosas ayudas tanto de profesionales de la industria como de empresas y acepta donaciones como vía de obtención de las fuentes de ingresos necesarias para poder cumplir con su misión de asegurar la confianza del cliente. La entidad cuenta a nivel nacional con oficinas en Los Angeles, Carlsbad (oficina central) y Nueva York. Además a nivel internacional su red se extiende principalmente por ciudades como Londres, Hong Kong, Tokio, Venecia, Seúl, Taiwan y Moscú entre otras.
12.1.6.3. Negociación de los Diamantes. Las principales Bolsas de negociación de diamantes se encuentran en Amberes (Bélgica), Tel-Aviv (Israel), Nueva York (USA) y Bombay (India).Los fabricantes y negociantes de diamantes o piedras preciosas que no son miembros de las bolsas tienen derecho a visitar la sala de transacciones previa autorización del Consejo de Administración, siempre y cuando sean introducidos por un miembro de pleno derecho. Todos los visitantes y miembros que los introducen deben firmar el registro. Se reserva al Consejo de Administración, y sólo a él, la facultad de acordar, rechazar o suspender el derecho de entrada a un invitado. El miembro que ha llevado a cabo la introducción debe acompañar obligatoriamente a su visitante cada vez que éste desee acceder la sala de transacciones. Se encargará igualmente de que su visitante respete el reglamento y los usos y costumbres de la Bolsa, y se constituirá garante de su solvencia.
12.1.7. Tasación de diamantes: el Método de las cuatro “C”
El color no se refiere a una tonalidad intensa (como en el caso de los diamantes de fantasía), sino al ligero tinte amarillento dorado o parduzco de los diamantes blancos. El matiz acostumbra a ser tan tenue que sólo un experto puede definirlo y no desvaloriza la belleza de la piedra. Los comerciantes del ramo emplean varios sistemas para clasificar los diamantes: puede tratarse de letras o números, o bien nombres comerciales referentes a las millas. Los denominados "jagers" son los verdaderos "blancos azul", cuya tonalidad se debe a la fluorescencia; no obstante, los "blancos más finos" de otras clasificaciones pueden denominarse también "blanco azul". La escala continúa hasta llegar a los "Cape", con una traza de amarillo o pardo bastante evidente en los grados inferiores.
La transparencia o limpieza de un diamante depende de la presencia de partículas incluidas, de roturas, etc., en la piedra. La mayor parte de diamantes contienen imperfecciones diminutas que aparecieron durante el período de formación natural. Si estas imperfecciones no alteran el paso de la luz no modifican la belleza de la piedra y tienen poca importancia sobre la cotización de la gema. Un diamante se considera "limpio" cuando no aparecen imperfecciones al observarlo bajo una lente especial de diez aumentos. Empañando la piedra puede conseguirse generalmente una mejor visión del color e interior. La transparencia o pureza de una piedra tallada puede clasificarse, al igual que sucedía en el caso del color, de muchas formas distintas; una de las mejores es la que combina ambos factores.
La talla de un diamante debe tener en cuenta una armonía en las proporciones y una correcta colocación de las aristas de las caras, debido a que cualquier imperfección en la superficie desvaloriza la importancia de la talla. Para que un diamante tallado llegue a reflejar casi toda la luz incidente, en la que el diámetro de la gema se ha considerado como 100 %, debe poseer unas proporciones similares a las que se reproducen en el siguiente esquema:
12.1.7.1. Gradación y escalas para la Tasación
En los últimos años se ha incrementado la tendencia a comprar diamantes tallados como fuente de inversión monetaria; una buena parte de los compradores exigían algún tipo de garantía escrita que asegurara la calidad de la piedra que habían comprado. De hecho es muy razonable que se exijan toda una serie de precauciones, pues el hombre de la calle no es capaz de apreciar las pequeñas diferencias de color, pureza o talla que pueden existir entre dos diamantes del mismo tamaño, aunque éstas sean lo suficientemente importantes para hacer que una de las piedras tenga un valor de mercado doble a la otra.
El Gemological Institute of America (GIA) ha sido una institución pionera en este sentido y sus certificados son aceptados y valorados en todos los mercados del mundo. En 1969, después de una larga labor de estudio y preparación, especialmente en el campo de las inclusiones del diamante, los países escandinavos, con Herbert Tillander de Helsinki a la cabeza, desarrollaron su propio esquema clasificatorio denominado "Scan D", aceptado más tarde. Bastante más tarde, y después de haber rechazado la entrega de certificados por parte de los laboratorios, la European Jeweller’s Organisation (CIBJO) decidió dictar sus propias normas relativas a la clasificación de los diamantes según el color, claridad y talla, basadas en medidas y observaciones aceptadas previamente por la organización. La gradación de color que se emplea corresponde exactamente a la utilizada por el GIA, aunque la nomenclatura es diferente. Más tarde se decidió que la concesión de certificados correría únicamente a cargo de aquellos laboratorios independientes aprobados por la CIBJO y tan sólo en el caso de diamantes cuyo peso fuera de 0,47 quilates o superior.
Color. Esta clasificación se lleva a cabo mediante comparación directa con una serie ya preparada de piedras base, en número de siete, proporcionadas por cualquier laboratorio oficialmente acreditado. En Gran Bretaña se trata del Gem Testing Laboratory de la Cámara Londinense de Comercio e Industria. La comparación se lleva a cabo bajo condiciones de luz normalizadas.
Aunque la nomenclatura empleada para describir los distintos tonos difiere según el sistema empleado (GIA, Scan D y CIBJO), los grados reales son idénticos. La GIA emplea una simple serie de letras del alfabeto, con la D como grado máximo; el sistema Sean D continúa empleando términos tradicionales de la época gloriosa del comercio de diamantes: "River", "Wesselton superior", etc., mientras el CIBJO emplea términos descriptivos, como "blanco excepcional" para la categoría más alta. Se ha llegado al acuerdo de cambiar las antiguas denominaciones del Scan D en 1984. Cuando se compara una piedra con la serie estándar se sigue el siguiente principio: si el color corresponde exactamente con alguno de la serie, no existe duda; si se encuentra en una posición intermedia entre dos ejemplares se tomará como definitivo el color más oscuro. En la siguiente tabla podemos ver la comparación entre los 3 sistemas de graduación empleados hoy en día.
Escalas de clasificación del color para diamantes pulimentados
Aspecto |
Escala Inglesa |
Escala Americana GIA |
CIBJO |
Antigua Denominación |
Incoloro |
Blue White |
D |
Blanco excepcional + |
River |
|
Finest White |
E |
Blanco excepcional |
|
|
Fine White |
F |
Blanco extra + |
Top Wesselton |
|
|
G |
Blanco extra |
|
Casi Incoloro |
White |
H |
Blanco |
Wesselton |
|
Commercial White |
I |
Blanco esfumado |
Top Cristal |
|
Top Silver Cape |
J |
|
|
Ligeramente Coloreado |
Silver Cape |
|
Blanco ligeramente coloreado |
Crystal |
|
Light Cape |
M N |
Coloreado 1 |
Top Cape |
Coloreado |
Cape |
O P |
Coloreado 2 |
Cape |
Fuente: Le Guide Facili Pietre Preziose
Aspecto |
Escala Inglesa |
Escala Americana GIA |
CIBJO |
Antigua denominación RAL Alemán Scan D (más de 0,5 quilates) |
Scan D
(menos de 0,5 quilates) |
AGS |
|
Incoloro |
Blue White |
D |
Blanco Excepcional+ |
River |
Very Rare White |
0 |
|
E |
Blanco Excepcional |
||||||
1 |
|||||||
Finest White |
F |
Blanco Extra+ |
Top Wesselton |
Rare White |
|||
Fine White |
G |
Blanco Extra |
2 |
||||
Casi Incoloro |
White |
H |
Blanco |
Wesselton |
White |
||
3 |
|||||||
Commercial White |
I |
Blanco Esfumado |
Top Crystal |
Slight Tinted White |
|||
4 |
|||||||
Top Silver Cape |
J |
Blanco ligeramente coloreado |
Crystal |
||||
5 |
|||||||
Ligeramente Coloreado |
Silver Cape |
K |
Top Cape |
Tinted White |
|||
L |
6 |
||||||
Coloreado 1 (Teinté) |
|||||||
Light Cape |
M |
Cape |
Slight Yellowness |
7 |
|||
N |
|||||||
Coloreado |
Cape |
O |
Coloreado 2 |
Light Yellow |
Yellowness |
||
8 |
|||||||
P |
|||||||
Q |
|||||||
R |
|||||||
9-10 |
|||||||
Dark Cape |
S-Z |
Yellow |
Yellow |
Fuente Le Guide Facili Pietre Preziose
Las piedras de la serie estándar representan distintos grados de tinte amarillento por ser ésta la coloración más habitual de los diamantes de calidad preciosa. Las piedras de coloración pardusca se decidirán separadamente, mientras que las de color intenso entran a formar parte de otra categoría denominada "fantasía".La fluorescencia presenta un problema adicional a la hora de clasificar el color, pues una piedra muy fluorescente puede llegar a falsear el color real según la luz; por ejemplo, bajo la luz del sol, que aumentará el efecto antes citado. Como precaución inicial a la hora de clasificar el color se emplea un tipo de iluminación normalizado con un mínimo de rayos ultravioleta. Además se incluye una descripción de la fluorescencia bajo una luz ultravioleta de onda larga en estos términos: "nula - baja - media - fuerte". Las piedras clasificadas se colocan con la tabla hacia abajo y se observan también paralelamente al cinturón en varias orientaciones.
Pureza. En este caso se ha recurrido al sistema de símbolos abreviados empleados por los tratantes de diamantes durante muchos años, pero procurando que cada término tenga referencia exacta a un modelo estándar bien definido. Para mejorar la comprensión de cada término, Herbert Tillander organizó una serie de fotografías y diagramas en donde podían apreciarse los defectos incluidos en cada uno de los grados. Este material aparece en la obra de Eric Bruton: Diamonds, conjuntamente con una discusión profunda sobre todo el proceso de gradación. Los términos empleados en la descripción de la pureza de un diamante son los referidos a continuación; la gema se observa a través de una lente aplanética acromática de 10 aumentos, con luz normal, y la gradación la lleva a cabo un profesional competente.
Flawless (Puro) |
F |
Exento de defectos internos y externos con 10 aumentos |
Internally Flawless |
I F |
Exento de inclusiones con 10 aumentos |
Very very small inclusions |
VVS-1 VVS-2 |
Una o alguna inclusión muy muy pequeña, difícil de encontrar con 10 aumentos |
Very small inclusions |
VS-1 VS-2 |
Una inclusión muy pequeña o algunas inclusiones pequeñísimas sólo detectadas por un experto con 10 aumentos |
Small inclusions |
S-1 S-2 |
Un cierto número de inclusiones pequeñas pero fácilmente detectables con 10 aumentos |
1º Piqué |
P-1 |
Inclusiones que se detectan inmediatamente a 10 aumentos, pero que no afectan apreciablemente la brillantez de la piedra |
2º Piqué |
P-2 |
Inclusiones más grandes (o numerosas), visibles a simple vista, que reducen ligeramente la brillantez de la piedra |
Fuente Le Guide Facili Pietre Preziose
Una práctica moderna es la que consiste en decolorar las inclusiones negras del diamante. Para ello se practica una pequeñísima perforación con un rayo láser en correspondencia de la inclusión y se añade un ácido capaz de decolorarla. Este procedimiento se aplica únicamente a piezas de grado bajo. Este canal provocado por el rayo láser tiene únicamente un diámetro de cinco milésimas de pulgada y no puede ser visto con una lupa.
JUICIO |
DESCRIPCIÓN |
Very good (Muy Bueno) |
De esplendor excepcional; muy pocas e insignificantes marcas externas |
Good (Bueno) |
Esplendor bueno; alguna marca externa |
Medium (Medio) |
Esplendor con pocas alteraciones; alguna marca externa de cierto relieve |
Poor (Decadente) |
Esplendor alterado. Marcas externas relevantes y/o numerosas |
Fuente Le Guide Facili Pietre Preziose
Carats o Quilates
CARATS |
DIÁMETRO (EN MM.) |
ESPESOR (EN MM.) |
0,05 |
2,37 |
1,33 |
0,10 |
2,98 |
1,67 |
0,25 |
4,04 |
2,26 |
0,50 |
5,09 |
2,85 |
0,75 |
5,83 |
3,27 |
1,00 |
6,42 |
3,60 |
1,25 |
6,91 |
3,88 |
1,50 |
7,35 |
4,12 |
1,75 |
7,74 |
4,33 |
2,00 |
8,09 |
4,54 |
2,50 |
8,71 |
4,88 |
3,00 |
9,25 |
5,19 |
3,50 |
9,76 |
5,47 |
4,00 |
10,19 |
5,72 |
Fuente Le Guide Facili Pietre Preziose
12.1.7.2. Instrumental y elementos técnicos. Para examinar los diamantes deben emplearse unos microscopios binoculares especiales de bajo poder de resolución, casi siempre con iluminadores de campo oscuro, que permiten localizar más fácilmente las inclusiones. Se han llevado a cabo bastantes intentos de estandarizar la gradación de color de los diamantes. Los aparatos que han dado mejores resultados hasta el momento parecen ser los colorímetros diseñados por el Gemological Institute of America y el Dr. Gübelin. Consisten en una caja con una bombilla de luz diurna; los diamantes se colocan en un pequeño estante y se comparan con una serie estándar de piedras ya clasificadas. Se han llevado también a cabo pruebas con colorímetros controlados electrónicamente; los que han conseguido un mayor éxito son dos modelos alemanes que operan en la intensidad de la línea de absorción de 4155 Ǻ (1 Ǻngström = 10- mm.) en las series de diamantes "Cape", esta línea de absorción es más intensa cuanto más fuerte el color del diamante. Estos instrumentos no pueden aplicarse a ciertas piedras, por ejemplo, las de color marronáceo, pues carecen de la línea de absorción antes citada.
Para comprobar y medir la profundidad y los ángulos de las piedras talladas, se emplea un instrumento de medida fabricado por el GIA, basado en el profilómetro óptico empleado en la industria. Asimismo se utiliza una fuente de luz que provoca una serie de reflexiones en las facetas del diamante que se proyectan sobre una pantalla, proporcionando una guía a la hora de juzgar la simetría de la talla. Los instrumentos utilizados para calcular el peso son el micrómetro de tornillo, la capacidad Moe y el metro o contador de palanca para mencionar algunos.
12.1.7.2.1. Rayos ultravioleta. Bajo los rayos ultravioleta de onda larga (emisión a 3650 Á), el resplandor que muestra el diamante puede ser de color azul, verde o amarillo, en algunos casos rojizo. La fluorescencia azulada puede variar tanto de intensidad como de matiz, oscilando de un malva muy tenue, casi imperceptible, hasta un azul ciclo muy luminoso; de igual forma pueden variar las tonalidades de los restantes colores citados. El hecho de que los diamantes respondan de una forma inesperada e impredecible a la excitación ultravioleta de onda larga puede aprovecharse desde un punto de vista práctico. R. Webster ha empleado este efecto para identificar una joya compuesta de varios diamantes. Si se fotografía el resplandor de las piedras se obtiene un esquema de luminosidades que representa un certificado de identidad. Cualquier imitación de la joya mostrará unos colores de fluorescencia totalmente distintos. Se han presentado varias sugerencias ingeniosas acerca de la posibilidad de establecer la identidad de aquellos diamantes individuales importantes, en el caso de que fueran robados y luego recuperados. Se supone que existe un registro con los datos de peso y dimensiones exactas, pero en muchas ocasiones es mejor disponer de datos mucho más definitivos. Uno de los métodos puestos en práctica es el denominado "Gemprint" desarrollado por el Weiszmann Institute of Science de Israel, y adquirible comercialmente a través de Gemprint Ltd. de Chicago. Este sistema emplea un rayo láser de bajo poder que se enfoca mediante una lente en un punto de la pantalla y luego se hace llegar a la tabla del diamante a través de una lente colimadora. El diamante se fija en un soporte ajustable y se coloca de tal forma que la reflexión procedente de la tabla vuelva a reflejarse en el punto de la pantalla, lo que establece una posición única para la especie. Luego se registra en una película polaroide una serie de pequeñas manchas debidas a la reflexión y refracción de los rayos procedentes de distintas facetas y se obtiene así un conjunto único para cada piedra, a la vez que certifica la naturaleza real del diamante, pues las imitaciones ofrecen efectos distintos. La casa Gemprint conserva un registro central de cada diamante fichado según este sistema. Otro tipo de identificación técnica es la propuesta por el Instituto Técnico Okuda, de Tokio. En este caso se imprime un código individual en la tabla, incluyendo color, transparencia y peso exacto, según un proceso que deposita los datos sobre la piedra en forma de letras y números metálicos fundidos. Este código es tan pequeño que se precisa de un aparato de 400 aumentos para poder leerlo. Si el diamante vuelve a ser tallado después del robo, los métodos anteriores pierden su valor. En un diamante de calidad es difícil que existan inclusiones lo suficientemente significativas, pero existe un sistema que puede conservar su validez incluso después de una cierta modificación de la talla: se trata de tomar un registro fotográfico en color del esquema originado por la “birrefringencia por tensión”, cuando el diamante se observa a través de la tabla y cinturón entre polares cruzados y bajo una lente estándar de pocos aumentos. Muchos diamantes muestran un resplandor residual (fosforescencia) al ser expuestos a la luz ultravioleta o solar, pero no es posible predecir los momentos en que se presenta este comportamiento. Los diamantes que muestran un resplandor azul brillante acostumbran a mostrar una fosforescencia amarilla que varía de intensidad según la fuerza del resplandor azul. Este efecto es único del diamante. Algunos diamantes de color rosa muestran una fluorescencia naranja y una fosforescencia persistente del mismo color.
Bajo la luz ultravioleta de onda corta (emisión 2537 Á), los efectos de fluorescencia acostumbran a ser similares a los observados con la lámpara de onda larga, pero el resplandor es mucho menos intenso y en muchos casos inobservable, especialmente en las piedras con fluorescencia malva. Bajo los rayos X, la mayor parte de diamantes muestran un resplandor amarillo bajo la luz ultravioleta y otro similar bajo los rayos X, aunque no siempre es así.
12.1.7.2.2. Rayos X. La transparencia de una sustancia a los rayos X es una función del peso atómico de los elementos que lo forman. Cuanto más alto es el peso atómico de los elementos, menos transparente a los rayos X. El diamante es carbono puro (peso atómico 12) y por ello es muy transparente a estos rayos, mientras que el zircón, que posee el átomo pesado de zirconio (peso atómico - 91) y silicio (peso atómico 28) es mucho más opaco a los rayos X, al igual que todas las piedras y vidrios incoloros que intentan imitar al diamante.
12.1.7.2.3. Métodos especiales para diferenciar los diamantes y sus imitaciones. El peligro de llegar a confundir el diamante con sus imitaciones comenzó a ser realmente considerable al aparecer en el mercado el zirconio cúbico (cubic zirconia); este hecho impulsó la producción de aparatos especiales de control que permitían llevar a cabo las determinaciones incluso en las piedras montadas y sin poseer conocimientos demasiado amplios de gemología. Fue el momento de la aparición de numerosos reflectímetros de luz infrarroja (con un amplio campo de aplicaciones) que permiten distinguir la gran reflectividad de la superficie limpia del diamante de la de sus imitaciones. El sistema más ingenioso y específico que permite distinguir el diamante de sus imitaciones se basa en una de sus propiedades más notorias: su elevada conductividad térmica y consiste en dos pequeños termistores cerámicos (es decir, resistencias que varían con la temperatura) montados en un casquillo de cobre y con un soporte adecuado. Un termistor hace de elemento calefactor en miniatura, calentado por una batería, mientras que el otro mide la temperatura de la prueba. Cuando se pone en marcha el instrumento, el casquillo de la prueba se calienta en dos o tres segundos. Si se aplica con cuidado a la superficie de la piedra que se está investigando, y ésta es muy conductora, como sucede en el caso del diamante, el calor desaparecerá rápidamente y el otro termistor registrará la caída de temperatura: la aguja del instrumento se desplaza hacia la derecha y se enciende una luz verde. Con cualquier otra piedra la aguja se desplaza hacia la izquierda y aparece una luz de color rojo. Otra propiedad del diamante que ha sido aprovechada en algunos de sus ensayos específicos es su afinidad por la grasa o líquidos grasos. El GIA ha aprovechado esta propiedad inventando la denominada "Diamond Pen" (lápiz de diamante), que se halla cargado con un líquido especial que deja una marca única al escribir o trazar una línea sobre la faceta de un diamante y, en cambio, se separa en numerosas gotitas al hacerlo sobre la superficie de cualquier otro cristal. Como precaución conviene limpiar perfectamente la superficie de la prueba antes de iniciar el ensayo. Esta prueba es difícil de ejecutar en cristales de pequeño tamaño y es preciso repetirla varias veces antes de poseer la seguridad absoluta de su resultado. El aspecto típico de un diamante bien tallado resulta ya familiar a cualquier joyero: su lustre adamantino, la perfecta lisura de sus facetas pulimentadas que permiten reflexiones sin distorsionar, su fuego, todo ello resultado de su enorme dureza, su elevado índice de refracción y la perfección de la talla. Un examen más a fondo del cinturón puede revelar la presencia de "naturales", es decir, partes del cristal original que han sido dejadas deliberadamente sin pulimentar para que sirvieran de guía al tallador, si en estas zonas se observan los típicos "trígonos" tan habituales en la superficie octaédrica del diamante, no existe ya duda sobre la identidad de la piedra. En el cinturón pueden detectarse algunas veces ligeras muescas que señalan la exfoliación octaédrica del mineral. Cuando se observa el diamante bajo una lente y entre polares cruzados aparece una formación típica de luz y sombra debida a la denominada "birrefringencia de tensión". Bajo una luz ultravioleta de onda larga, los diamantes muestran grados muy distintos de fluorescencia. Si todas las piedras de una joya múltiple muestran un tipo similar de fluorescencia, es casi seguro que no son todas diamantes. Todo diamante con fluorescencia de color azul brillante exhibe luego un resplandor amarillento de corta duración. Para poder apreciar este efecto es preciso sacar rápidamente la pieza de los rayos y visionarla en la oscuridad que se crea al colocar las manos en forma de taza. Esta técnica representa un ensayo decisivo. Bajo los rayos X casi todos los diamantes producen una fluorescencia azul y una breve exposición sobre película revelará que los diamantes son mucho más transparentes a estos rayos que cualquier otra gema. Finalmente debemos recordar que la dureza única del diamante consigue rayar una superficie pulimentada de corindón sintético, hecho que no puede conseguir ninguno de sus sustitutos. Esta prueba es un poco arriesgada, pues a pesar de todas las precauciones, existe siempre un riesgo de dañar la pieza, por lo que es preferible aplicar cualquiera de los restantes ensayos y prescindir de esta prueba. Cuando los sustitutos más perfeccionados del diamante se sumergen en un líquido de alto índice de refracción, como el ioduro de metileno puro (IR 1,742), o bien en el fluido de contacto del refractómetro (IR 1,81), todos ellos, a excepción del titanato de estroncio, muestran un anillo oscuro que disminuye de anchura a medida que su índice de refracción se acerca al del líquido. Este sistema visual constituye otro buen sistema de diferenciación.
12.2. Corindones: Rubíes y Zafiros
El corindón, las especie más dura después del diamante. Es un mineral accesorio de rocas metamórficas ricas en aluminio y pobres en sílice, pero también de rocas magmáticas y de calcáreas sacaroideas. Los cristales tienen aspecto hexagonal prismático, tabular, bipiramidal o a “barri”. El mineral no es atacado por los ácidos ( incluido el fluorhídrico) y resulta mucho más tenaz que el diamante y la esmeralda; la luminosidad, vítrea tiende a adamatina, y es muy viva. La dispersión tiene un valor modesto, pero la falta de fuego es compensada por la suntuosidad de las tintas de los rubíes y de los zafiros más bellos, típicamente asiáticos. A la par del berilio y el espinel, el corindón es un mineral alocromático y por lo tanto, siendo puro y ausente de defectos estructurales, se presenta incoloro. En realidad, a causa de la frecuente “contaminación” por parte de los óxidos metálicos, se tienen tintas más diversas y así son numerosas las variedades: corindón rojo (rubí), y rosa, azul-azulino (zafiro), anaranjado (padparadscha), amarillo, verde, violeta, incoloro.
12.2.1. Rubíes
El rubí es la más rara entre todas las piedras usadas en joyería porqué es muy esporádico el descubrimiento de cristales transparentes y bien coloreados de buenas dimensiones. El color, rojo en varias tonalidades, se debe a iones de cromo, que en un pequeño porcentaje sustituyen a los de aluminio en el edificio cristalino. Además del cromo, en las piedras tendientes al negruzco o al violáceo, aparecen iones férricos. La coloración, generalmente mal repartida, contrariamente a lo que sucede con los zafiros, resulta estable al calentamiento.
12.2.1.1. Yacimientos. Sostiene Fontana en su Guía de Piedras Preciosas que en cada uno de ellos se descubren piedras de tinta muy bella y piedras de color pálido. La estructura interna y las inclusiones, sin embargo, son particulares y distintivas de cada yacimiento.
Birmania. Los yacimientos de Mogok son los mas importantes sobretodo por la calidad de los rubíes (piedras “sangre de pichón”), que se encuentran junto a los zafiros mas bellos y a magníficos espineles rojos dentro de sedimentos incoercibles o mármoles tan cándidos como la nieve. En los rubíes birmanos se presentan comúnmente series de agujas paralelas de rutilo (TiO2): cuando dos series se entrecruzan, se observan rejas luminosas hechas de rombos. Si las agujas son agudas y se entrecruzan en la superficie, se obtiene un reflejo plateado llamado seda . menos comunes son los “cristales negativos” (cavidad poliédrica), los gránulos de corindón, espinel y zircón, y las laminillas de mica. Son frecuentes también las bandas casi incoloras que se alternan en bandas intensamente coloreadas, en toda la marcha rigurosamente rectilínea.
Siam (Tailandia). Junto con los zafiros de buena calidad se encuentran los rubíes de coloración un poco lúgubre, en los cuales el rojo tiende sensiblemente al oscuro o al violáceo como en los granates: estas piedras son naturalmente menos apreciadas que las birmanas. Al microscopio se notan “plumas”, es decir hendiduras rellenas de líquido conteniendo pequeños cristales hexagonales de corindón y gránulos negruzcos de zircón. No faltan los ejemplares “sangre de pichón”, menos brillantes de los birmanos.
Ceylan (Sri Lanka). La tinta de estos rubíes no es muy intensa y muchas veces tiende al rosa o al violeta: el esplendor es aún vivísimo y la transparencia en general perfecta. La coloración, además de las bandas, generalmente es concentrada en manchas inmersas en una masa apenas rosada o incolora: si el corte es hecho bien, es suficiente una sola de estas para dar la tinta a la gema entera. Las inclusiones son las “alas de mosca” y las zonas de color, rectilíneas o paralelas, diseñan “quebraduras” en forma de hexágono o triángulo. Es sobretodo de estos yacimientos que provienen los corindones que, por su rojo muy pálido, no pueden ser clasificados como rubíes: son llamados zafiros rosa y son por lo común gemas vivaces y agradables.
Tanzania. Los rubíes están en una roca verde llamada anyolita y miden incluso más de 10 cm: son opacos o apenas translúcidos y de tinta rojo carne oscura o rojo-violáceo. De las raras porciones semitransparentes de esos cristales se obtienen también gemas de buena calidad, pero no superan en general los 2 quilates de peso.
Yacimientos de menor importancia. Producen modestos trozos de calidad muy variable: Kenya, Zambia, Zimbabwe, Malawi, Madagascar, Camboya, Vietnam del Norte, Pakistán, India, Afganistán etc.
12.2.1.2. Rubí estrellado (“Asteria de Rubí”). El fenómeno del asterismo se debe a tres fases de agujas de rutilo oriental: cada uno de esos “diámetros une dos vértices opuestos del hexágono-.sección del cristal. Para que la estrella luminosa sea bien evidente, “centrada” y completa en sus seis brazos, se necesita tener como base del corte concoidal la base del cristal. Cuando por el contrario las inclusiones de rutilo no son perfectamente orientadas, o se ha verificado un error de corte, la forma concoidal resulta gateggiante (rubí ojo de gato). Los rubíes estrellados transparentes, muy raros, provienen casi todos de Sri Lanka, y muestran en general una fuerte tendencia al violáceo. Asterias translúcidas o completamente opacas se encuentran en casi todos los yacimientos.
12.2.1.3. Corte. El corte debe ser orientado en la dirección del mejor color. La forma más difundida del corte en facetas es la oval mixta (brillante arriba, escalonada abajo), pero no son infrecuentes los rubíes tallados tipo almohadón, de gota y como esmeralda. (ver tabla de cortes).
En cada caso el corte debe conservar en la piedra el mayor peso posible, sin traspasarlo en forma desproporcionada ( muchas gemas provenientes de Oriente son luego recortadas). El corte concoidal por el contrario se usa para un material poco límpido y para los gateggiantes y estrellados.
12.2.1.4. Valor. Es altísimo en las gemas de calidad. Los rubíes “sangre de pichón”, límpidos y de peso superior a los 3 quilates, se encuentran con dificultad; las piedras del mismo tipo pero de peso comprendido entre 5 y 10 quilates son una auténtica rareza. No se puede por lo tanto dar cifras precisas. Basta recordar un bello rubí birmano de casi 4 quilates que ya en 1980 costaba la cifra considerable de unos ciento veinte mil dólares. El valor de los rubíes disminuye considerablemente al disminuir el peso ( accesibles aquellos cerca del quilate) y sobretodo de la calidad: factores negativos son el rojo que tiende al rosa, al oscuro o al violeta, y la presencia de fracturas o de “seda” .Tienen un costo elevado los rarísimos concoidales estrellados que reúnen buenos quilates, un buen color, elevada transparencia y “estrella” completa, nítida y bien centrada.
12.2.1.5. Piedras similares. Se le parecen sobretodo los espineles rojos y la turmalina rubelita de calidad. Al rubí tipo Siam se le parecen mucho los granates no muy oscuros que como el rubí y la rodolita todos monorefractantes (y por lo tanto sin pleocroísmo) a excepción de la turmalina. Similares a los corindones rosa son los espineles, turmalinas y topacios del mismo color.
12.2.1.6. Imitaciones. Consisten en “dobles” o “triples”: rubí sintético + cuarzo, cuarzo + resina roja + cuarzo etc. Al microscopio se observan bolas de aire aplastadas en la superficie de unión de las partes. Tienen una coloración muy vistosa incluso las vulgares imitaciones de un trozo de vidrio rojo.
12.2.1.7. Sintéticos. Los rubíes sintéticos, muy difundidos años atrás, a diferencia de las imitaciones tienen composición y valores físicos iguales a los naturales. Los sistemas para obtenerlos son diversos (método de fusión y método hidrotermal), pero parten todos de dos ingredientes: alúmina y óxido de cromo. Si en lugar del segundo se usan otros óxidos, se obtienen boules (ejemplares de forma casi cilíndrica ) en colores diversos; con hierro y titanio el zafiro, con vanadio el padparadscha. Para obtener rubí y zafiro estrellado, a los ingredientes nombrados se le agrega bióxido de titanio, que formará el rutilo, responsable del asterismo. Reconocer las gemas sintéticas es generalmente muy difícil, a menos que se observen estrías de crecimiento curvas y/ o bolas esféricas.
12.2.2. Zafiro Azul
El zafiro, menos raro y escaso que el rubí, tiene un origen magmático. Pero la segregación normal es comúnmente complicada por fenómenos de “contacto”. La tinta, que va del azul claro al azul oscuro, se debe a hierro y titanio, y es generalmente distribuida de modo irregular; también en esta gema si se presenta una sola mancha de color, en el ápice inferior del pabellón que basta para dar una bella tinta a toda la gema. La coloración, contrariamente al rubí, resulta lábil al calor. Las bandas paralelas de color, con movimientos rectilíneos o a quebrados, son todavía más visibles que en el rubí, especialmente si la gema se sumerge en un líquido apto.
12.2.2.1. Yacimientos
Kashmir. El color es típicamente “flor de lis”, o sea de un azul intenso. La transparencia es un poco velada, pero por esto mismo las gemas tienen un aspecto aterciopelado. Al microscopio en efecto la coloración aparece distribuida en zonas mas o menos anegadas a causa de minúsculas inclusiones líquidas o “plumas”. Los yacimientos, situados a grandes alturas sobre el nivel del mar, tienen aún una producción irrisoria: debido a eso estos zafiros, de dimensiones medio-pequeñas pero muy preciadas, casi no están en el mercado.
Birmania. Los yacimientos son los mismos de los rubíes (Mogok). La tinta es un azul de Prusia aterciopelada e intensa que transforma a la gema en muy preciada. La estructura y las inclusiones, “seda” incluida, son aquellas de los rubíes birmanos.
Siam (Tailandia) y Camboya. Se trata de yacimientos muy productivos: las características son las mismas que de las piedras birmanas, pero comúnmente la coloración es más intensa. La calidad es aún muy buena, pero en el comercio la denominación Siam es aún sinónimo de material pobre, evidentemente se trata de gemas australianas o africanas talladas en Tailandia. El valor es inferior a los de Birmania, con excepción de algunos ejemplares camboyanos (Pailin).
Ceilán (Sri Lanka). Los zafiros se encuentran en los arenales gemíferos junto a los rubíes, zircones, espineles y granates. Las piedras muestran casi siempre tinta mucho menos intensas que las precedentes: el azul es casi siempre esfumado con un violeta claro delicado, que es el carácter más evidente de la producción singalesa. Ciertas gemas, por la presencia de cromo, tienen una coloración híbrida, evidente sobretodo a la luz de una lámpara incandescente (zafiro amatista).A parte de esta característica desfavorable, los zafiros singaleses son los más luminosos y los únicos que tienen un verdadero rendimiento con aquel tipo de luz. Algunos cristales son clarísimos (aguamarina oriental de años atrás) o casi incoloros con bandas o manchas en azul. Los ejemplares de mayor precio son de un magnífico azul “manto de madonna” intenso y uniforme: por su luminosidad y por sus dimensiones ( no es raro más de 10 o 12 quilates), son sin duda los zafiros más bellos que el mercado ofrece actualmente.
La transparencia, como en los rubíes locales, es casi siempre óptima, y las inclusiones las mismas: “plumas” y “alas de mosca”. De gran valor diagnóstico resultan los gránulos de zircón, que se distinguen de otras inclusiones por el fuerte relieve y por el alón oscuro que lo circunda.
Estados Unidos (Montana). Estos zafiros, que contienen el más alto porcentaje de titanio y el más bajo de hierro, se encuentran entre arenas auríferas y tienen una tinta que tiende al ahumado grisáceo o al azul entintado como en el espinel azul.
Australia. Los zafiros, que contienen más hierro y menos titanio, son abundantes pero generalmente no muy bellos. El color en efecto va del muy oscuro al mixto verdoso o verde amarillento. Mejores, aunque un poco grisáceos, son los zafiros que se obtienen “aclarando” a 1550º C el trozo oscuro de Glen innes. La estructura y las inclusiones son similares a las de Ceylon: bandas de color rectilíneo o poligonal, mica, hematita y fases líquidas.
12.2.2.2. Zafiro estrellado (“asteria” de zafiro). El asterismo es igual al del rubí; incluso aquí, cuando el fenómeno es parcial, se obtiene un zafiro gateggiante. Los ejemplares transparentes y de bella tinta provenían de la Birmania, pero actualmente los cortes concoidales estrellados son casi todos de Sri Lanka: son en gran parte turbios, con color de fondo gris-azulado, son frecuentes los oscuros, provenientes de Tailandia.
12.2.2.3. Corte. Vale lo mismo que lo que se sostenía para el rubí. La destreza más importante es lograr el azul y evitar el verdoso, escondiendo las zonas de color. También son iguales las formas del corte.
12.2.2.4. Valor. Los ejemplares más preciados son de Kashmir, seguido de Birmania, de Siam, Camboya y Sri Lanka. Los cortes concoidales estrellados de calidad, a su vez, cuestan casi tanto como las bellas gemas facetadas. En cada caso el zafiro queda como la menos costosa de las cuatro piedras preciosas, naturalmente comparando los mismos requisitos: así, se ha encontrado una rareza de rubí perfecto de 5 quilates, para el zafiro el límite es más de 15 quilates.
12.2.2.5. Piedras similares. Son el espinel y la turmalina azul, iolita, aguamarina, topacio bombardeado y tanzanita (símil a los zafiros de Ceilán).
12.2.2.6. Imitaciones y sintéticos. A parte del color, son las mismas que para el rubí. Además de estas, circulan gemas de espinel sintético azul real que muestran relámpagos rosáceos sospechosos. Los métodos para obtener zafiros sintéticos son los mismos que para el rubí sintético.
12.3. Berilos: Esmeralda
Los cristales, prismáticos hexagonales, están siempre unidos a la actividad magmática. El mineral puro es absolutamente incoloro pero, vista la parcial sustitución del berilio por parte de Fe o alcaloides y aquella del aluminio por parte del Fe, cromo o vanadio, se obtiene una extensa gama de variedad de las luminosas tintas pastel: esmeralda, berilio verdoso, aguamarina, morganita (rosa), eliodoro (amarillo-verdosa), berilio áureo ( amarillo-oro). El lustre de las gemas es vítreo, bastante vivo, pero el fuego es modesto. El pleocroísmo es más evidente cuanto más saturada es la coloración; la transparencia es siempre perfecta a excepción de la esmeralda. Nula es la acción de los ácidos si se excluye el fluorhídrico. A mitad de camino entre la síntesis y la imitación está el vidrio de berilio, material no cristalizado que se obtiene fundiendo polvo de berilio ( o mezcla de una composición análoga) con pigmentos que le dan diversas coloraciones. Los valores físicos de tal producto son inferiores: dureza: 7, densidad 2,39-2,49, IR 1,52. Se notan bolas gaseosas ( siempre pequeñas y raras) en el producto precedente.
La esmeralda es la variedad de gran extensión más preciada del berilo y , junto al diamante, rubí y zafiro, forma la aristocracia de las piedras preciosas en sentido estricto. La génesis se debe atribuir a pegmatitas que son introducidas en las calcáreas dolomíticas o micascísticas, dando lugar a recíprocos cambios químicos: las primeras se han abastecido de elementos fundamentales ( silicio, aluminio, berilo), mientras que las segundas han perdido varios pigmentos colorantes (cromo, pero también hierro y vanadio). Los cristales tienen una transparencia variable y coloración típica: del verde “arveja” se pasa al verde bandera italiana, hasta el verde hierba intenso pero luminoso de las piedras de calidad, en las cuales se encuentra un esfumado azul.
Diversos son los efectos del filtro Chelsea, creado a propósito de las esmeraldas: los mejores resultan los rosa-rojizos, mientras que los pálidos (indios y sudafricanos) se mantienen verdosos o grisáceos. Casi rojo rubí son los ejemplares colombianos, más bellos (si aparece un efecto rojo rubí excesivamente intenso y brillante por el contrario, debe sospecharse que se trata de una esmeralda sintética).
12.3.1. Yacimientos. La distribución del color en las esmeraldas aparece comúnmente poco homogénea, por que en las zonas de tinta intensa se alternan trazos de material pálido. Las piedras no son casi nunca del todo “pulidas”, las fracturas, cuando surgen, son antiestéticas y delicadas, de por sí más frágiles que otros berilios. La esmeralda es una de las pocas piedras preciosas que se extraen sólo de yacimientos primarios,.teniendo en cuenta esto, más que la tinta, son decisivas las observaciones de las inclusiones y la medición de las constantes físicas.
Colombia. Abastece por sí sola el 90% de las piedras para joyería. Esmeraldas de Chivor: un IR de 1,571 y 1,577 y una densidad de 2,70. La tinta es buena, de tonalidad verde-azulada, a veces un poco clara. Las inclusiones más típicas consisten en cristalillos de pirita, pero se observan también a tres fases. Esmeraldas de Muzo: IR 1,571 Y 1,577 y densidad de 2,71. Son las más bellas: la tinta es magnífica, aterciopelada, aunque a veces más condensada en los bordes que en el centro de la gema.
Brasil. La piedras de estos yacimientos tienen un IR de 1,658 y 1,573, y una densidad de 2,69 (valores próximos al de los sintéticos); son en general de calidad mediocre ya que su tinta tiende al amarillo. Desde 1979 están en funcionamiento los yacimientos de Itabira y Santa Terezinha, que producen por el contrario piedras de calidad.
Siberia. Presentan un IR de 1,580 y 1,587 y una densidad de 2,73. El yacimiento más famoso es por lejos la Takovaja en los Urales que producía también otros berilos y magníficas alesandritas. Muchas esmeraldas tienen coloración intensa, tendiente el azul, y notable limpieza. Muestran inclusiones carbónicas, de mica y “agujas”.
Zambia. Con un IR de 1,581 y 1,588 y una densidad de 2,74-2,76. Los ejemplares son en general más bien pequeños, límpidos y con una fuerte degradación azul. Inclusiones: mica negra, grumos y “alfileres”.
India. Su IR es de 1,585 y 1,592 y una densidad 2,74. Las piedras son poco transparentes o poco coloreadas. Importantes son la cavidad en coma, rellena de líquido con bolas gaseosas.
Transvaal. Con un IR de 1,586 y 1,593 y una densidad de 2,75. En el Norte se encuentran cristales largos de hasta una palma, pero la mica, los óxidos férricos y los grafitos le dan en parte los colores negros.
Zimbawe (Rodesia). Tiene los datos físicos iguales a los precedentes. Los yacimientos del Sur dan un material más bien poco agradables, pero una pequeña minera provee cristales cuyas porciones límpidas muestran un magnífico verde intenso y aterciopelado ( esmeraldas “Sandawana”). De valor diagnóstico las inclusiones son: agujas cortas dispuestas en zig - zag, o largas y reunidas en “codo de caballo” como en el demantoide.
Pakistán Occidental. IR de 1,589 y 1,596y una densidad de 2,76-2,77. la modesta cantidad consiste en cristales límpidos y de un buen color, pero generalmente pequeños.
Yacimientos menores. En Tanzania se encuentra un material a veces de primera calidad, con inclusiones similares al de las gemas brasileñas. Otras esmeraldas se encuentran en Kenya, Mozambique y Madagascar, pero casi todas son todas defectuosas, pálidas o llenas de inclusiones.
12.3.2. Corte y valor. El clásico corte octogonal de la esmeralda consiste en un rectángulo del cual se cortan los vértices, a causa de la fragilidad de la piedra. (ver tabla de cortes).
El valor es del mismo orden de importancia que el de los diamantes y el de los rubíes y trasciende cuando la tinta es intensa, aterciopelada y luminosa sin tendencia al amarillo, la ausencia de inclusiones casi total y el peso superior a 6-7 quilates. La proveniencia no es determinante, aunque el comercio se obstina a atribuir a las gemas mejores un origen colombiano.
12.3.3. Piedras similares e imitaciones. Se asemejan a la esmeralda: la grosularia verde, demantoide, jade imperial, hidenita, turmalina, ágata tinta, cuarzo aventurino y cuarzo prasio. Los últimos tres son a veces vendidos como “raíces de esmeralda”, término fraudulento que no debería ser nunca usado para las esmeraldas muy turbias. Las imitaciones pueden ser de vidrio o espineles y corindones sintéticos, a veces también el vidrio de berilio. Muy frecuentes son también los “dobles”, formados por una corona de esmeralda natural o sintética unida sobre un pabellón de vidrio o cuarzo incoloro.
12.3.4. Sintéticas. Las esmeraldas sintéticas, de años en el mercado, tienen la misma composición de las naturales y por lo tanto valores físicos muy similares e incluso iguales. Las técnicas de fabricación son diversas ( “sales fusas”, método hidrotermal, berilo natural “recubierto”) pero los ingredientes no cambian: óxidos de berilio, aluminio y silicios, más una sal de cromo. El reconocimiento es fácil para las piedras “antiguas” ( densidad y IR inferiores a las naturales), pero es complejo para aquellas de fabricación reciente.
12.3.4.1. Reconocimiento de las esmeraldas sintéticas. Para las obtenidas por sales fusas basta una medición cuidada de la refracción y la densidad; a la lente por el contrario se observan cintas y velos curvos o retorcidos. El reconocimiento de las esmeraldas hidrotermales es por el contrario problemático. El criterio mas seguro se basa en la absorción que estas esmeraldas muestran en la región vecina al infrarrojo del espectro. Finalmente, las esmeraldas recubiertas revelan al microscopio las inclusiones del núcleo de berilo natural; la envoltura puede ser puesta en evidencia sumergiendo la piedra en un líquido adecuado.
TASACIÓN |
DIAMANTES: MÉTODOS DE LAS CUATRO C’S: CARATS, PUREZA, COLOR, TALLA |
RUBIÉS, ZAFIROS y ESMERALDAS: CARATS, COLOR, ORIGEN |
|
TABLAS DE COLOR, PUREZA, CARATS |
INFORMACIÓN |
GEMOLOGICAL INSTITUTE OF AMÉRICA INTERNATIONAL GEMOLOGICAL INSTITUTE INSTITUTO DEL CONSEJO SUPERIOR DEL DIAMANTE EUROPEAN JEWELLER’S ORGANISATION |
GEMA |
COMERCIALIZACIÓN |
NUEVA YORK, AMBERES, AMSTERDAM |
COLECCIONISTAS |
TIPO DE GEMA |
INVERSIONISTAS |
AUTENNTIFICACIÓN |
CERTIFICADO DE AUTENTICIDAD |
ORGANISMOS INTERNACIONALES: G.I.A. – CIBJO – HRD – I.G.I. |
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LUPAS – RAYAS X y ULTRAVIOLETAS COLORÍMETROS CAPACIDAD DE MOE REFLECTÍMETRO |
[1] Fontana, Mario; Le Guide Facili Pietre Preziose, Giovanni De Vecchi Editore, Milán, 1999.
2 Literalmente: acero, inalterable, inflexible: el significado etimológico del término diamante se refiere sobretodo a la dureza y al esplendor de esta gema, única entre todas las especies utilizadas en joyería.
3 Montaña de la Luz. Trad.
4 E. Gübelin ha llevado a cabo un estudio sobre las características internas del diamante y ha descubierto inclusiones de grafito, hematites, magnetita, granate, estatita y zircón entre otras.
Apuntes de clase para la C.I.A. año 2008 - Prof. Corina Léchenet- Articulación con Universidad Nacional de Morón (Argentina)
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